La verdad que antes de venir aquí estaba intrigado sobre que tipo de gente me encontraría en Bélgica ya que me habían dicho de todo: que si era imposible tener trato con ellos, que eran completamente diferentes a nosotros, que no eran nada fiesteros, que eran muy antipáticos … y cierto es que me he encontrado de todo, pero creo que la mejor manera de describir a los belgas es como gente amigable pero que mantiene las distancias.
Como en el resto de países no puedes meter a toda la gente en el mismo saco y hay belgas realmente antipáticos y algunos asociables (véase el caso de mi vecino y eso que solamente tengo uno, pero me ha ido a tocar el peorcito de todos). Pero por norma general los belgas son gente muy sociable, que les gusta hacer vida en la calle (sobretodo esos días que al sol le da por asomarse) y al menos aquí en Gante son unos fiesteros natos.
¡Para los belgas cualquier excusa es buena para montar una fiesta!. ¿Que no tenemos gobierno?, ¡FIESTA!; ¿Que se empiezan las clases?, ¡FIESTA!; ¿Que no sabemos que hacer?, ¡FIESTA!. Es prácticamente imposible ir por las calles de Gante sin encontrarte cada dos días un nuevo cartel de fiesta en no se que discoteca, festival en no se cual ciudad, cantus de no se que residencia, ¿así como quieren que estudiemos?.
Por otro lado, al menos la gente de Gante, no se estresa por lo más mínimo. Nunca pasa nada, ante los problemas ellos intentan no alterarse lo más mínimo. Otro punto que tienen es que un belga raramente llega tarde, por lo cual nuestra falta de puntualidad les pone de los nervios. Cuando les decimos que en España es normal llegar 10 minutos tarde les parece algo totalmente fuera de lugar.
A diferencia de los españoles que cogemos confianza muy rápidamente, los belgas es algo que les toma mucho más tiempo. Con ellos puedes tener una agradable conversación, salir de fiesta, o tomarte una cerveza tranquilamente pero siempre manteniendo las distancias. Por norma general se quejan bastante de nuestro carácter «sobón». No les gusta tocar ni ser tocados a no ser que sea estrictamente necesario, por lo que evitad palmaditas en la espalda o en el hombro incluso si ya tenéis algo de relación.
En cuanto a la comida, por lo que veo aquí, somos bastante diferentes (como he dicho al principio siempre hay excepciones) pero me da la impresión de que prefieren gastarse el dinero y comer algo rápido a dedicarle unos minutos y comer algo sabroso. Es extraño ver a los estudiantes belgas cocinar en la residencia, generalmente se van al restaurante universitario o al kebab o frituur de la esquina. Sin embargo, cuando les das a probar un poco de tortilla recién hecha bien que se relamen ;-).
En lo que a los estudios se refiere son gente muy trabajadora y disciplinada, a diferencia de la gran mayoría de nosotros que nos ponemos las pilas cuando vemos las orejas al lobo, ellos intentan llevar las cosas al día. En exámenes es alucinante como la ciudad por completo se paraliza, no ves gente por las calles, las bibliotecas están hasta arriba y hasta utilizan las cocinas como salas de estudio (por lo que te toca cocinar e irte a comer a tu habitación).
Después, yo diría que existen dos tipos de belga: el belga de día y el belga de noche. Es alucinante las diferencias que podemos encontrar entre ambos especímenes. Durante el día los belgas son silenciosos, suelen hablar en un tono moderado (por supuesto muchísimos decibelios por debajo del nuestro) y son gente bastante tranquila. Por la noche, después de unas cuantas-muchas cervezas la cosa cambia. La tonalidad de la voz se multiplica por 10, su afán por sociabilizarse también se multiplica (conclusión: es más fácil conocer a gente belga por la noche) y ese belga tranquilo del día se convierte en un monstruo de la fiesta.
Por último, pese a lo distintos que se dice que somos los belgas de los españoles si los vas conociendo irás encontrando muchas más similitudes que diferencias.
2 comentarios
Un diez a este post. Estoy completamente de acuerdo contigo.
Me ayudaste con mi infografía en mi clase de francés, gracias 🙂