Flandes es una región loca por las bicicletas. Bélgica encabeza, junto a Holanda, los rankings en oferta de cicloturismo. La ruta entre Bruselas y Brujas, a lo largo de cien kilómetros, es una de las más conocidas por los aficionados; la primera, sin embargo, no está tan bien acondicionada como las ciudades colindantes. Siendo la sede de las instituciones europeas, los atascos y embotellamientos son pan de cada día. En una ciudad marcada por los horarios, con un sistema de transporte público muy eficiente, plantear alternativas a este parece una auténtica utopía.
Poco a poco y aún con todo, las bicicletas se hacen un hueco en Bruselas como un sistema de transporte tan válido como el autobús o el metro. En días de sol la bicicleta se convierte en la alternativa más ecológica, beneficiosa y, en consecuencia, utilizada por los bruselenses. Por otra parte, iniciativas como la semana europea de la movilidad, durante el mes de septiembre, o la ampliación y promoción, los últimos años, de carriles bici interurbanos y zonas verdes como Foret de Soignes o el Bois de la Cambre, favorecen la tendencia creciente a pedalear.
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Cuando hablamos de alquileres de bicicletas, las posibilidades se multiplican cada año. Villo es un sistema de alquiler de bicis organizado por la empresa municipal de transportes, STIB. Disponibles las 24 horas del día, las bicicletas de Villo se pueden encontrar en estaciones a lo largo de toda la ciudad y alquilar por horas, días… Las tarifas son bastante económicas: se trata de un servicio orientado, sobre todo, a los residentes de la ciudad. Una alternativa más cómoda para turistas es la empresa de economía social Cyclo: diez euros por el alquiler diario de una de sus bicicletas. Por otra parte, entre los estudiantes Erasmus triunfa, desde hace dos años, el proyecto BrikBike, un servicio de alquiler por 45 euros bianuales.
Bruselas cuenta, además, con varios tours por zonas habilitadas para bicis que permiten recorrer la ciudad de punta a punta, como contaba Pablo Navarro a principios de este año. Y Spotify está llena de listas de reproducción geniales para un paseo en bicicleta, como esta de Christina Waddle.
No hay excusas que valgan: Bruselas está, cada día, más cerca a la tierra.