Igual se os ha pasado la cantidad de nombres relacionados con San Pedro que hay en la ciudad de Gante: desde la estación, algunas calles por el distrito universitario, y, sobre todo, la plaza y abadía que llevan el mismo nombre. ¿A qué se debe tanta importancia?
Hoy voy a hablaros de dos lugares, que se ubican (o ubicaban) en el mismo sitio. Sin más dilación, vamos a hablar de Historia:
En el punto más alto de Gante (por eso habrás notado las cuestas al subir desde la estación o el centro) se fundó hacia el 630 la abadía de San Pedro, con el objetivo de cristianizar estas tierras, las cuales, por aquel entonces, eran todavía más bárbaras que civilizadas. Una abadía no es solo un edificio religioso: el abad y sus monjes tienen amplios derechos y poderes sobre una zona estratégica de la ciudad, que domina el valle del Escalda. Así, era cuestión de tiempo que dicha abadía prosperara y ampliara su poder. Tal fue, que aquí se coronaron y enterraron multitud de nobles, condes, y príncipes de Flandes.
Ya hablé sobre la historia de Gante, y este edificio no muestra sino los mismos patrones de auge y decadencia. Así, podremos observar en el edificio-museo de la abadía restos románicos, góticos, renacentistas y, sobre todo, barrocos.
La abadía fue fuertemente controlada durante la revolución francesa, hasta el punto que se convirtió en una pinacoteca. De hecho, junto al edificio que hoy podemos observar, se encontraba la iglesia de Nuestra Señora, que fue demolida en 1799.
Finalmente, y a partir de 1810, la abadía se transforma ahora en la iglesia de Nuestra Señora – San Pedro, sufriendo un deterioro progresivo, y una serie de restauraciones que han llevado al conjunto de edificios que podemos encontrar hoy.
¿Qué hacer aquí?
Por un lado, en la iglesia propiamente dicha, podremos dejarnos llevar por su silencio y espiritualidad, deleitarnos con sus múltiples obras de arte (esculturas de diversos santos y vírgenes que sobrevivieron al periodo iconoclasta), así como pinturas de, entre otros, Jan Janssens y Gaspar de Crayer. El órgano también es espectacular, de Pierre Van Peteghem.
Por otro lado, el museo de la Abadía de San Pedro recoge en la actualidad una sala de exposiciones, un café, una sala de conferencias, y multitud de piezas que nos ayudan a entender el pasado y la importancia del edificio para la ciudad. Es posible tanto hacer un recorrido gratuito, y deleitarnos con su claustro, cripta, y demás, como escoger una audioguía (4€) que nos guiará por todo el conjunto arquitectónico. Además, y como detalle final, tras la abadía se encuentra un jardín-huerto, donde podremos observar tanto diversas especies de hierbas aromáticas, árboles frutales, las ruinas del antiguo refrectorio, y… ¡Un auténtico viñedo en pleno centro de Gante!
Sinceramente, no sé cómo será la calidad del vino que produzcan esas vides, pero lo que os puedo asegurar es que, tanto sentarse en el jardín a observar el canal, como una visita por el interior de la iglesia de Nuestra Señora – San Pedro y de la abadía merecen la pena, son breves, amenas e instructivas.
De hecho, y como recomendación personal, no dejéis de observar los grabados en piedra que se encuentran repartidos por todo el claustro de la abadía. Son impresionantes.
Información útil:
La iglesia de Nuestra Señora – San Pedro abre todos los días salvo los Lunes. Es gratuita.
La abadía de San Pedro abre todos los días menos los lunes (y festivos navideños).
Un saludo a todos, y a seguir disfrutando de Gante.