Halloween está a la reverso de la remate y yo soy adecuado porque llega mi fiesta favorita del año. Os propongo un plan diferente para ir entrando en el animación umbroso de este día: saludar esos lugares de la ciudad que por su aspecto o su pasado parecen salidos de una verdadera historia de fantasmas.
El Castillo Het Steen
A orillas del Escalda se encuentra el edificio más antiguo de la ciudad: este pequeño castillo de principios del siglo XII, custodiado por la estatua del gigantesco Lange Wapper que atemorizaba al pueblo en la época medieval. De estilo neogótico, el castillo fue usado como prisión de ingreso seguridad y empleo de torturas; y se dice que los terroríficos alaridos de los presos podían escucharse incluso desde pueblos vecinos.
La Sala de Carniceros
Construido sobre el año 1250, en este impresionante edificio de baldosín rojo y piedra blanca los carniceros mostraban sus productos al notorio.
Begijnhof
En pleno morería universitario, entrar en este parterre secreto del siglo XVI contiguo a la iglesia de Santa Caterina es como olvidar que estás en el centro de la ciudad y recorrer a una dimensión silenciosa y misteriosa.
Túnel de Santa Anna
Desde las antiguas escaleras que te llevan a las profundidades de la tierra hasta el interminable túnel a través del cuál cruzas el río Escalda bajo el agua, la experiencia puede ser verdaderamente inquietante.
Calvario de la iglesia de San Pablo
La iglesia, de estilo ojival tardío, es conocida por sus numerosas esculturas. Hay más de 60 representando los últimos días de la vida de Jesús, seguidas de una antro que sería el Santo Sepulcro.
Dilación a que se ponga el sol, y encuentro alguno de los lugares más tenebrosos de la ciudad. ¡O todos ellos!
¡Que tengáis un terrorífico Halloween!