Lovaina es una ciudad llena de cultura, y algo que cabe destacar son sus iglesias. En este post daré unas pinceladas sobre las más relevantes de la ciudad, y que merece la pena visitar.
-Sint-Pieterskerk (Iglesia de San Pedro). A esta iglesia dedicaré un post próximamente, ya que su historia y tamaño lo merecen. Aun así, os contaré lo más importante hoy. Se encuentra en Grote Markt, el corazón de Lovaina. La parroquia de San Pedro se fundó en el año 986, siendo la más antigua de Lovaina. Sin embargo, la actual iglesia data del siglo XV. Destaca por la ausencia de torre, pero sí de base de la misma. Esto es porque el resultado final difiere del proyecto original, que contaba con una torre de 170 metros. La razón de que no exista es que los cimientos eran muy inestables, por lo que su torre solo llegó a alcanzar los 50 metros. Después de haberse derrumbado en varias ocasiones, la torre se derribó en 1613, quedando solo la base, como la encontramos en la actualidad. Cuenta con un museo donde están expuestas obras de primitivos flamencos: “La Última Cena” y el “Tríptico del martirio de San Erasmo”, de Dirk Bouts y una copia del siglo XV del “Descendimiento de la Cruz” de Rogier van der Weyden.
-Sint-Michielskerk (Iglesia de San Miguel), en Naamsestraat. La elegante fachada del año 1650 construida en estilo barroco puro parece un altar. Este “altar fuera de la iglesia” es una de las 7 maravillas de Lovaina. La iglesia fue diseñada por el monje-arquitecto Willen van Hees, y es considerada como una de las principales iglesias jesuitas de Bélgica. El plano de la iglesia se basa en el de la iglesia Saint-Loup de Namur y en el de la Iglesia del Gesù de Roma. Durante la Segunda Guerra Mundial la iglesia sufrió graves daños, y fue restaurada entre los años 1947 y 1950.
–Sint-Geertruikerk (Iglesia de Santa Gertrudis). A mediados del siglo XII, la iglesia de Santa Gertrudis era un lugar humilde destinado a la oración. Enrique I de Brabante dio la orden de ampliar el edificio y de convertirlo en una iglesia. Además, fundó en ella un capítulo de los canónigos regulares de San Agustín. La iglesia se construyó entre el siglo XIII y XV. La torre se estilo gótico tardío se construyó enteramente de piedra sin utilizar ni un solo clavo. Esto le confirió un puesto en las 7 maravillas de Lovaina.
–Sint-Jan-de-Doperkek (Iglesia de San Juan Bautista), en el Gran Beaterio de Lovaina. Se fundó en el año 1305, pero se terminó un siglo después. Sigue un estilo gótico rural local de Lovaina, con una planta basilical simple sin transepto y con un ábside plano. También se pueden observar varias características románicas como los contrafuertes pesados, las pequeñas ventanas superiores y la pequeña torre ortogonal. No tiene torre, una característica de las iglesias de las órdenes mendicantes y de los conventos.
–Sint-Kwintenskerk (Iglesia de San Quintín), también en Naamsestraat. En un principio era una capilla, pero en 1252 se le concedió el estatus de iglesia parroquial. En aquel entonces tenía un aspecto totalmente diferente; en el silgo XV fue reconstruida en estilo gótico tardío brabantino. El humanista Justo Lipsio del siglo XVI, la describió como la iglesia más hermosa de Lovaina. Fue restaurada en el siglo XX, con nuevas vidrieras.
–Sint-Antonius-Kapel (capilla de San Antonio), situada en Peter Damiaanplein. En el año 1860, los monjes de la congregación del Sagrado Corazón, de Picpussen, compraron la capilla que data del siglo XIV y lo convirtieron en un santuario y en un lugar de peregrinaje en honor a San José. Sin embargo, hoy en día, los visitantes vienen sobre todo a rendirle homenaje a la tumba de Josef De Veuster, alias el Padre Damián.
Soy Marina, la nueva corresponsal Erasmus en Lovaina. Estudio arquitectura en la Universidad Politécnica de Madrid y cursaré cuarto en la KU Leuven. Hace apenas unos días que he llegado a la que será mi nueva casa durante este curso, y todavía no me lo creo. Tengo la sensación de que he venido aquí de viaje y que en unos días me toca volver a Madrid. ¡Pero no! Ahora empieza la aventura de acomodarse a esta nueva ciudad la cual seguro me sorprenderá a lo largo del año. Elegí Lovaina por varias razones, entre ellas el prestigio de su universidad y evidentemente su ambiente universitario.
Todo estudiante quiere ir a un sitio donde además de estudiar también lo vaya a pasar bien, las cosas como son. Además considero que Lovaina, y todo Bélgica, tiene una amplia oferta cultural que hará que cada día aprenda algo nuevo. Poco a poco iréis descubriendo conmigo cosas interesantes y útiles de esta ciudad, aparte de daros consejos a los futuros Erasmus. De momento todo lo que os puedo decir es que traigáis chubasquero y ¡muchas ganas de disfrutar!