Laeken es el nombre francés que recibe una comuna residencial al noroeste de Bruselas. Hasta 1921 la zona fue una ciudad independiente de la Región de Bruselas-Capital: una realidad totalmente separada del centro. Sin embargo, hoy por hoy es imposible pensar en Bruselas sin el Atomium, el Mini-Europe o el Castillo Real de Laeken.
En el censo de Laeken se incluyen alrededor de 60.000 personas, esparcidas en una superficie de 925 hectáreas. Algunos de los reclamos principales de la zona son el Castillo Real de Laeken, hogar oficial de la Familia Real Belga desde que Leopoldo I, en 1831, se asentase por primera vez. Construido entre 1782 y 1794, fue parcialmente destruido por un incendio en 1890. Los terrenos del Castillo también incluyen los jardines y la Iglesia neogótica de Nuestra Señora de Laeken, construida bajo los planos de Joseph Poelaert, el famoso arquitecto que murió planeando el Palacio de Justicia de Bruselas. La edificación alberga el Panteón de Laeken, donde han sido enterrados todos los reyes belgas desde 1790. El cementerio que se haya detrás incluye las tumbas de los ciudadanos belgas más ricos y famosos: se conoce como el “Père Lachaise belga”. Otros sitios de interés son el Atomium, el Estadio Roi Baudouin o el Parque y el Estadio de Heysel.
Entre los habitantes más conocidos del barrio se cuentan la Familia Real Belga o Stromae, uno de los cantantes belgas más reconocidos a nivel internacional. Su carrera musical comenzó a los once años, en la Academia Musical de Jette; su éxito llegó en 2009, con Alors on danse: desde entonces ha colaborado con artistas como Kanye West o Black Eyed Peas, y su video Formidable logró tres millones de reproducciones en Youtube durante las primeras 72 horas.
La comuna tiene, definitivamente, marca propia. Un barrio que merece la pena visitar no solo por su historia: sus espacios verdes y los símbolos belgas que contiene definen los nueve kilómetros de Laeken.