Ahora que han acabado los exámenes de semestre en la mayoría de universidades bruselenses llega la hora de hablar de una de las bibliotecas más bonitas de Europa: la Biblioteca Real de Bélgica. Ubicada en el centro de la ciudad, junto al Mont des Arts, los orígenes de la Biblioteca Nacional se remontan a la Edad Media, aunque el edificio, tal como se conoce, data de mediados del Siglo XX. Es el depósito de obras belgas más importante del país.
Se establece que alrededor de cuatro millones de ejemplares forman la colección de la Biblioteca, incluyendo alrededor de 50.000 ediciones raras. La división musical también merece ser reseñada, con miles de grabaciones, instrumentos y uno de los mayores depósitos legales de Bélgica. Cientos de miles de mapas, ilustraciones y otros objetos -monedas, pesas, mobiliario- completan el total. La biblioteca también incluye el Centro de Estudios Americano, un instituto de estudios en arte asociado con la mayoría de universidades belgas.
¿La buena noticia? La entrada a la biblioteca está abierta para todo el mundo, un espacio totalmente privilegiado a la mano de cualquier ciudadano o visitante. La membresía solo está disponible para los mayores de dieciocho años, previo pago anual. Muchos de los recursos se pueden consultar online en su página web.