Una vez cada 3 años, ocurre en el invierno gantés un acontecimiento que acerca la cultura a personas de todas las edades: el festival de la luz de Gante. La afluencia y el interés son máximos, por lo que nos encontraremos la ciudad repleta de personas siguiendo la ruta del festival, que abarca toda la ciudad.
En la edición de 2018, el festival cuenta con 35 obras de todos los tamaños, con música o sin ella. No solo estamos hablando de esculturas de luz: proyecciones, vídeos, e incluso una feria científica dedicadas hacia un solo tema: iluminar la noche gantesa y a sus habitantes.
Además, también hay obras interactivas, desde luces que siguen tus pasos al bailar, hasta poder iluminar las preciosas fachadas de Gante al ritmo de un piano…sin palabras. Os dejaré un par de vídeos en nuestro Facebook para que podáis ver en acción de lo que estoy hablando.
En este festival participan artistas belgas, holandeses, ingleses, americanos, franceses y alemanes, diversas escuelas y academias de artes, e incluso el instituto artístico de secundaria de la ciudad.
La Universidad de Gante también juega un papel, pues en el UFO (Sintpietersnieuwstraat) hay una feria entera dedicada al fenómeno de la luz y sus aplicaciones.
Como impresiones personales, yo destaco lo integradas que están las obras con el resto de la ciudad. Si no fuera por el gentío que anda recorriendo el centro, yendo en su viacrucis cultural, casi parecería que son una muestra más del arte perenne que puebla Gante. Algunas de las obras son para observar, como la maravillosa Luna que se encuentra en Kalandeberg, mientras que otras nos harán abrir los ojos con estupefacción, como el dragón escupefuego en François Laurentplein.
Pero lo que más me ha llamado la atención, sin duda, ha sido el piano colocado en Bisdomplein. Cualquiera puede acercarse a tocarlo, y entonces ocurre la magia: las fachadas se iluminan con diferentes colores y formas dependiendo del ritmo y la melodía que esté siendo representada. De forma totalmente anónima y humanamente errónea, cualquier visitante puede crear arte, de una forma tan efímera y maravillosa como la música.
En cuanto a información práctica, se reparten mapas del recorrido por toda la ciudad, pero uno de los puntos más fáciles es, quizás, junto al Campanario. Mi consejo es que sigáis el recorrido por orden y en la ruta marcada, para no encontraros a todo el mundo de frente.
De momento eso es todo, ¡que se haga la luz!