Literalmente su nombre significa «El gallo».
De Haan se sitúa en la costa norte de Bélgica, a tan sólo 20 minutos en coche desde Brujas.
Si no es en coche, desde Oostende podéis llegar con tranvía fácilmente.
Este pueblecito data nada más y nada menos que del s. XIX . Concretamente el pueblo se inauguró hacia 1888 así que el Art Nouveau y el Art Decó impregnan sus casas. Gracias a su plan urbanístico se han presrvado intactas la mayoría con lo que si vais, podréis disfrutar de un auténtico escenario a lo Belle epoque.
Yo diría que ir allí es como volver al pasado. Sus casa parecen de chocolate 🙂 y quizás la playa no tenga nada de especial, pero en conjunto parece un sitio salido de un cuento.
Nada más bajar del tranvía en seguida os toparéis con la estación, que es del año 1900 aproximádamente. Toda una joya.
De camino a la playa, veréis un parque muy cuco a un lado..
Ah se me olvidaba, ¡ De Haan también es el lugar perfecto para comer crêpes y repostería elaborada !