En este post especial os quiero mostrar una exposición diferente. Y es que en ella podemos apreciar la extraordinaria obra de la familia Borman. Sin duda, pueden ser considerados parte del selecto grupo de maestros flamencos más importante de la historia de esta región. Pero lo que me hace sentir algo especial es que el origen de esta gran familia es la ciudad que me ha acogido: Lovaina. La exposición Borman and sons continuará en el M-Museum de Lovaina hasta el 26 de enero de 2020 y es una manera ideal de conocer más acerca del arte y la historia de esta región.
La dinastía Borman fue considerada la familia que poseía un total dominio de la escultura en la región de Flandes y Bruselas hace 500 años. Cuatro generaciones de escultores en la misma familia, realizando esculturas tanto en madera, piedra y bronce y cuya reputación llegó también a nuestro país. Todo comenzó a mediados del siglo XV con el patriarca Jan Borman, afianzado en Lovaina. Continuó con su hijo Jan II, que vivió en Bruselas. Lo interesante de esta familia de maestros que mantuvo el oficio por más de 100 años, es que todos tenían un estilo y una metodología tan similar, que para los expertos es realmente difícil diferenciar qué miembro de la familia realizó ciertas piezas.
Es sin duda impresionante ver los retablos creados por esta familia de escultores, la mayoría de ellos atribuidos a Jan II, Pasquier, Jan III y María Borman. Su especial y único estilo, que destacaba ampliamente sobre otros retablos de la época ha tomado la denominación de “El método Borman”. Ese excelente don para aprovechar al máximo el reducido espacio existente en los retablos, la gran expresividad de cuerpos y rostros, la distribución de las figuras en un espacio semicircular… Todas ellas características que les hacían excepcionales, pero que además servían como una excelente forma de relatar historias a un pueblo que, en aquellos tiempos, era en gran proporción analfabeto. De nuevo, una muestra más del arte como uno de los principales medios de transmisión de conocimiento. Y de entre todos estos retablos, es sin duda el retablo de San Crispín el que me dejó boquiabierto. La realidad siempre impresiona más que una imagen, pero al menos las fotografías incluidas sirven para intuir la calidad de las obras a las que me estoy refiriendo.
Por supuesto, la fama y calidad de las obras de esta familia de escultores fue también posible gracias a los diferentes escultores que trabajaban en el taller familiar. La gran cantidad de obras ha hecho que los expertos crean que en el taller de los Borman trabajaba un número de escultores bastante superior a lo habitual. Además, ciertas esculturas, por ejemplo, aquellas que representaban imágenes de santos, eras muy similares, hasta el punto de parecer que las realizaban en series. Pero con una suficiente observación podemos apreciar que no realizaron dos piezas iguales, lo que indica el gran volumen de trabajo producido en el taller.
Quiero destacar la figura de Jan II Borman, pues sus numerosos trabajos para aristocracia, realeza e Iglesia le otorgaron la reputación de ser el mejor maestro escultor de su época, recibiendo incluso encargos de uno de los reyes más importantes de la historia de España y de Flandes: Carlos V. Esculturas que, además de tener un excelente detalle, eran capaces de mostrar una gran expresividad y sentimentalidad, especialmente las figuras de la Virgen María y de María Magdalena.
Recomiendo visitar esta exposición, muy bien cuidada, con una gran selección de obras, única para conocer la importancia de esta familia en la historia del arte en Lovaina, Flandes e incluso España.
Soy Víctor Labián Carro y a partir de mediados de septiembre estaré 10 meses viviendo en Lovaina y estudiando en KU Leuven. Estoy seguro de que será una experiencia única en la vida, de esas en las que te gustaría recoger tus vivencias en un librito de viajes, en el que el que colocas con mimo esas fotos de lugares, comidas, amigos… Pero ¿por qué no aportar a ese libro un valor adicional y que no sea únicamente una fuente de nostalgia que intensifique nuestros recuerdos? ¿Y si es de utilidad compartir esas experiencias con futuros estudiantes Erasmus de Lovaina? Pues sí, lo es y mucho, porque he de reconocer que todos los consejos, opiniones y vivencias de estudiantes en Lovaina me han ayudado en gran medida a planificar este viaje, o, al menos, esas cosas que puedes tratar de planificar en una aventura tan mágica por desconocida e impredecible. Ya no utilizamos plumas ni pegamos fotos con pegamento, pero sí que subimos a internet fotos y videos y escribimos en blogs. Es ahí donde aparece la iniciativa de ser Corresponsal Erasmus en Flandes, donde encuentro la forma de compartir ese libro aún por escribir o, mejor dicho, de aportar algo de valor a ese libro que entre todos estamos escribiendo.