¡Buenos días, brujos! Hoy visitamos un museo o una iglesia muy diferente a todas las de la ciudad y podremos verlo desde fuera pero también por dentro. Es una iglesia atípica tanto por su arquitectura como por su historia, ¿queréis conocerla? Pues seguid leyendo.
La vida de Anselm Adornes nos recibe
El museo Adornes es un museo privado ubicado en el barrio de Santa Ana, cerca de los molinos de viento desde los cuales podremos hacer una preciosa foto de las torres de Brujas. Este museo llama la atención por la monumental iglesia de Jerusalén; pero ya hablaremos de ella ahora contemos un poco de la historia.
Este complejo sigue perteneciendo a día de hoy a la familia Adornes, aunque ya no conservan ese apellido, de hecho, en una de las salas del pequeño museo se puede ver un árbol genealógico de la familia en el que se ve por qué ahora llevan otro apellido.
Pero volvamos a lo que se enseña en el museo. El museo realmente no contiene ninguna pieza de un valor magnifico salvo el conocimiento y la historia, bastante entretenida (en serio, me gustó mucho la historia), de Anselm Adornes.
Anselm Adornes era una de las primeras generaciones que tuvieron los Adornes, de procedencia italiana, en Brujas y fue sin duda el más poderoso e influyente de éstos. Los Adornes se dedicaban al comercio de alumbre, un material usado, en aquella época, para fijar el color en los tejidos. Como sabemos de post anteriores (y si no lo sabéis leedlos, guiño, guiño) Brujas era conocida mundialmente por el comercio de tejidos y paños en aquel entonces.
Fue coetáneo de Louis de Gruuthuse, fue alcalde de Brujas, fue diplomático y logró levantar el veto que le puso Escocia a los tejidos provenientes de Brujas, lo cual le hizo entablar una amistad con el rey de Escocia que le convirtió en una especie de “embajador” de Escocia en Brujas, era también caballero y participaba en justas… ¡LO TENÍA TODO!
En este pequeño museo aprenderemos sobre su vida y sus hechos importantes como los torneos de justas, como se usaba el alumbre, que pasó con la familia tras el final (SPOILER) trágico de su vida… Y aparte podremos ver una sala de exposiciones que va cambiando (a mí me tocó arte moderno) o tomar un café en una sala de estar decorada como en Escocia.
Pero lo más impresionante y por lo que más merece la pena la visita, es la iglesia de Jerusalén. Esta iglesia es una copia de la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén y la verdad es que con su estética nos transporta a países lejanos y exóticos. Alberga en su interior un trozo de la cruz de Jesús (tras una reja en la capilla debajo del altar) y una curiosa estatua de Jesús muerto que para entrar a verla tendremos que ir a gatas.
En el museo se mencionaba también que hay una pieza del Santo Sepulcro en el museo, pero no logré localizarla. Y de un sepulcro a otro, justo en el centro de la iglesia nos encontramos con el sepulcro de Anselm y su mujer. (Información: Aún se celebra misa todos los sábados a las 9 de la mañana).
Por último, solo deciros que espero que disfrutéis la visita a uno de los museos que más me han gustado de Brujas.