Ha sido llegar a Brujas y quedarme asombrado. Cada esquina, cada rincón o cada calle era fotografiable. Es increíble, en cada momento un paisaje impensable. El centro está perfectamente conservado, razón por la que sea enteramente Patrimonio de la Humanidad.
Probablemente llegues a la ciudad en tren, así que para comenzar la aventura, tómate tu tiempo de camino al centro observando las calles de la ciudad con el campanario de la ciudad, Belfort, al fondo. Posteriormente puedes visitar algunos museos como el del Hospital San Juan, lugar de curas en la edad media, sobre todo para gente sin recursos, el cual incluye la entrada a la Farmacia.
Por esa misma zona, puedes visitar el Site Oud Sint-Jan, el cual comenzará a ofertar una exposición de Picasso o el Groeningemuseum. Es una zona bastante bonita, por lo que puedes perderte deambulando. En mi caso, estaba caminando en busca del Groeningemuseum y he entrado en un pequeño espacio abierto con un pequeño puente que cruzaba un canal y ahí es cuando me he dado cuenta que tanta belleza en una ciudad no podía ser cierto.
Tras esto, me he dirigido hacia el centro hasta llegar a la plaza del centro histórico, donde he decidido ver el museo de Salvador Dalí y hacer un poco de ejercico y subir hasta lo más alto de Belfort.
Y hasta aquí la primera parte del viaje, seguid leyendo el siguiente post si queréis enteráros de cómo terminó todo.