Érase una vez un malvado hechicero que vivía en Gante. Un individuo solitario que detestaba la compañía de la gente y cuyo mayor placer era pasar las tardes caminando a solas por las calles de la ciudad. La flagrante vida que la ciudad poseía hacía rabiar al hechicero, que un buen día se hartó y, con la intención de vaciar las calles, hechizó todos las tiendas y demás locales de la ciudad para que a las 18:00h estuvieran completamente cerrados. Así, por fin podría dar sus paseos en calma.
Desde aquel día, Gante ha estado bajo el efecto de La Maldición de las 18:00. La población flamenca ya está acostumbrada al horario maldito, pero hay unos pocos que todavía luchan contra La Maldición. Si queréis formar parte de este grupo, seguid leyendo. Bienvenidos al Club Oscuro.
¿Tú también estás ocupado por la mañana y la tarde se te hace corta? ¿Te ha surgido una urgencia a última hora y necesitas comprar algo? ¿A ti tampoco te encaja eso de comer a las 12:00h y cenar a las 18:00h? Te entendemos.
La Maldición de las 18:00h no solo es palpable a esa hora. También tiene efecto a lo largo del día. Desayuno, comida y cena se adelantan. Horarios de colegio, universidad y trabajo también. En general, la vida sucede antes de lo que uno espera. Y esto, si no estás acostumbrado, puede chocar un poco.
¿Cómo escapar, entonces? Lo cierto es que no es una tarea fácil. De hecho, parte de ti ha de someterse a La Maldición y ajustar un poco el horario. Aún así, El Club Osucro tiene unos pocos consejos para ti.
CONSEJOS OSCUROS:
1) La organización es la mayor debilidad de La Maldición
Podríamos decir que los supermercados son parte del Club Oscuro y suelen dar pocos problemas. La mayoría de ellos están abiertos hasta las 20:00h. Así que aprovecha esta oportunidad para organizarte y comprar todo lo necesario para poder tener un horario de comidas totalmente personalizado. Por otra parte, las tiendas sí que están malditas. En el caso de que te haga falta ir a una, ten muy claro dónde se encuentra, si realmente tienen el producto que quieres y sus horas de apertura. La clave es ajustarse a su horario siendo lo más eficiente posible. Un “In&Out”; entrar, comprar, salir; para trastocar lo menos posible nuestro día.
2) Busca y encontrarás
Los hay. Juro que hay comercios que abren a horas inesperadas. Se camuflan y no son fáciles de encontrar pero, si uno le pone interés, se encuentran. Suelen ser negocios de pequeño tamaño que utilizan las horas en las que la competencia disminuye.
3) ¡Jóvenes, uníos!
La Ley de la Oferta y la Demanda ataca ferozmente a La Maldición. El día está para vivirlo y no son pocos los que se animan a tomar algo, cenar fuera y, en pocas palabras, darles vida a las calles por la tarde-noche. Esto provoca que bares y ciertos restaurantes alarguen sus horarios de apertura. Excluyendo los locales estrictamente nocturnos, podríamos estar hablando de horas como 23:00h o incluso 23:30h.
4) La opción de última hora
Son las 23:30h. Estás cansado y no tienes comida en casa. No te preocupes, aún puedes comprar tu cena. Ahora bien, probablemente no sea la mejor del mundo. Hamburguesas, patatas fritas, kebabs y demás comida rápida suele estar disponible para casos como el tuyo. Estos locales desafían totalmente a La Maldición y parece que abran de manera indefinida. Se suelen situar en zonas de fiesta, por razones obvias.
5) Encuentra tus rutinas
El mejor consejo que uno puede recibir es “Hazlo a tu manera”. Las horas de sueño, tu horario de universidad o trabajo e incluso tus amigos también van a determinar cómo administras tu vida con el horario flamenco. De tal forma que no hay nadie que pueda hacerlo mejor que tú. Si encuentras una manera de vivir y te funciona, conviértela en tu rutina. No dejes que La Maldición te coma la cabeza.
Pongamos por caso que nada de esto te encaja. Tienes un horario tan ajustado que apenas tienes tiempo para ti. Bueno, el Club Oscuro te recomienda que hagas uso de las nuevas tecnologías. Bien sea para pedir algo de comer, usando apps como Uber Eats o Deliveroo; para hacer tu compra del mes online, como ofrece Albert Heijn; o para comprar cualquier otra cosa, desde ropa hasta utensilios de cocina, como ofrecen numerosos comercios y como nos facilitan empresas del tipo de Amazon.
En fin, no vamos a negar la mala baba que tuvo El Hechicero. No podemos decir que La Maldición no nos afecta. Pero, ciertamente, tampoco podemos quejarnos por la falta de recursos para vencerla.
OS ESPERO EN EL PRÓXIMO POST: “Cosas Que Pasan” (CAP.2) – PARTE 1
Os invito a este extraño lugar. Aunque las visitas no son frecuentes, haremos de esta ocasión la excepción que confirma la regla. Bienvenidos a mi cabeza.
Seguidme, os llevaré a un sitio muy especial. Normalmente, tras esta puerta pintada de colores, uno puede toparse con espaguetis flotantes, junglas de pingüinos o ciudades invisibles… A decir verdad, la mayoría de las veces, ni siquiera yo mismo estoy seguro de lo que me espera al girar el pomo. De todas formas, hoy podéis estar tranquilos. Hoy sí sé lo que hay al otro lado:
Al otro lado está Gante. Y sus calles adoquinadas, clones en bici, música abstracta, dinosaurios, idiomas alienígenas, hechizos y, dentro de esta normalidad, infinidad de locuras.
Lo más seguro es que si os dejase sueltos por este lugar, acabaríais majaras. Como no queremos eso, os lo voy a enseñar poco a poco, durante cinco meses.