Son cosas que pasan… la noche comienza con una inocente invitación para ir a un concierto. Y tú aceptas. Pero no tienes ni idea de dónde te estás metiendo.
Al llegar a la dirección del concierto, lejos de encontrarte con un local ordinario, te das de bruces con una iglesia de piedra, digna de ser la villa vacacional de Drácula.
La curiosidad mata gatos, pero la satisfacción los trae de vuelta. Así que empujas la puerta de madera roída y, acompañado por el chirrido de las bisagras, te adentras en la desconocida oscuridad.
La tenue luz ambiental se funde con un grupo de gente concentrados a la orilla del altar. La música, quedando lejos de cualquier otra cosa que hayas escuchado, resuena entre las columnas. Te dan un vaso de té. “Es creación del artista”- te dicen. Y casi mejor que no te lo hubieran dicho, porque tras escuchar 30 segundos de la música no hay valiente que lo beba.
Te acercas. Principalmente para ver mejor y entender lo que está sucediendo en ese lugar. Y sobran las palabras. También sobra tiempo para pensar: “¿Qué hago aquí?”. Juzgad por vosotros mismos:
El concierto acaba.
Sales de nuevo a la calle y, finalmente, la sensación es buena. Experiencia extraña, diferente, rara… pero positiva. A la salida te han dado un flyer, un panfleto. Cuando lo miras, te das cuenta de que anuncia otro concierto. Una banda, dentro de un par de semanas. Vas a ir y lo sabes. ¿Habrá algo más alternativo que lo de esta noche? Pequeño spoiler de la PARTE 2: Sí.
Para todos aquellos amantes de la música. Aquellos de mente abierta, que aprecian lo experimental y las experiencias esotéricas, en Gante estáis servidos. En general, el número de conciertos, pequeños gigs, jam sessions, etc. es impresionante. De todo tipo y para todos los gustos. De tal forma que os animo a explorar sin miedo. Además, la mayoría de ellos son gratis o extremadamente baratos. ¿Qué más se puede pedir?
Gante pone incontables primeras experiencias en la palma de tu mano. Tú decides si aprovecharlas. Mi consejo ya lo sabes.
OS ESPERO EN EL PRÓXIMO POST: «Cosas Que Pasan» (CAP.2) – PARTE 2
Os invito a este extraño lugar. Aunque las visitas no son frecuentes, haremos de esta ocasión la excepción que confirma la regla. Bienvenidos a mi cabeza.
Seguidme, os llevaré a un sitio muy especial. Normalmente, tras esta puerta pintada de colores, uno puede toparse con espaguetis flotantes, junglas de pingüinos o ciudades invisibles… A decir verdad, la mayoría de las veces, ni siquiera yo mismo estoy seguro de lo que me espera al girar el pomo. De todas formas, hoy podéis estar tranquilos. Hoy sí sé lo que hay al otro lado:
Al otro lado está Gante. Y sus calles adoquinadas, clones en bici, música abstracta, dinosaurios, idiomas alienígenas, hechizos y, dentro de esta normalidad, infinidad de locuras.
Lo más seguro es que si os dejase sueltos por este lugar, acabaríais majaras. Como no queremos eso, os lo voy a enseñar poco a poco, durante cinco meses.