Es un lugar simple y complejo al mismo tiempo. Un lugar que, incluso vacío, está lleno. En el que entras como intruso, pero jamás llegas a serlo. Es de bigotes tímidos y ojos cálidos. Es de sentirse bien y quedarse con el cambio. Es DreamCatchers.
Ya mencioné DreamCatchers en un post anterior (3 tipos de citas en Gante), pero es un café tan especial que merece una segunda mención. Aquí, uno no solo viene a tomar algo. Aquí, uno viene a pasar la velada entre felinos. Pero DreamCatchers va más allá del «típico» café con gatos. DreamCatchers es, en realidad, una organización sin ánimo de lucro que se dedica a encontrar un hogar para todos aquellos gatos que llevan demasiado tiempo en un refugio.
Primero, acogen a aquellos gatos que, debido a su situación, necesitan socializarse. De tal forma que, cuando vas al café, tienes la misión de interactuar lo máximo posible con ellos, para así ayudarles a perder el miedo al contacto humano. Segundo, mientras los gatos cogen confianza, utilizan todo el dinero de tus consumiciones, exclusivamente, para el cuidado de los animales, reinvirtiendo todo lo recaudado para brindarles los cuidados que necesitan. Por último, cuando alguno de los miembros de la familia gatuna de DreamCatchers está listo para ser adoptado, te dan la opción de hacerlo. Hasta la fecha, llevan 97 gatos adoptados. Una cifra que, a mi parecer, y teniendo en cuenta el pequeño tamaño de la organización, es todo un hito.
De todas formas, lo dicho, si no es tu momento de adoptar, no te preocupes. Tu visita servirá para financiar los cuidados de los animales y para socializarlos. Esta última tarea será mucho más fácil de lo que piensas, ya que dentro del café tienes sus juguetes favoritos a tu entera disposición. Eso sí, no te olvides de pedir cita antes de ir. Demasiadas personas tratando de jugar con ellos puede agobiarlos y, por eso, las visitas son limitadas.
Cabe destacar que, si te surge cualquier duda en relación al mundo de los gatos, en DreamCatchers te la resolverán sin problema, ya que también son un punto de información para todo aquel que sea curioso.
Creo que todos hemos sido alguna vez ese gato con miedo a la caricias. Ese al que solo las caricias pueden salvar.
OS ESPERO EN EL PRÓXIMO POST: Amada y amante: Gante y Bruselas
Os invito a este extraño lugar. Aunque las visitas no son frecuentes, haremos de esta ocasión la excepción que confirma la regla. Bienvenidos a mi cabeza.
Seguidme, os llevaré a un sitio muy especial. Normalmente, tras esta puerta pintada de colores, uno puede toparse con espaguetis flotantes, junglas de pingüinos o ciudades invisibles… A decir verdad, la mayoría de las veces, ni siquiera yo mismo estoy seguro de lo que me espera al girar el pomo. De todas formas, hoy podéis estar tranquilos. Hoy sí sé lo que hay al otro lado:
Al otro lado está Gante. Y sus calles adoquinadas, clones en bici, música abstracta, dinosaurios, idiomas alienígenas, hechizos y, dentro de esta normalidad, infinidad de locuras.
Lo más seguro es que si os dejase sueltos por este lugar, acabaríais majaras. Como no queremos eso, os lo voy a enseñar poco a poco, durante cinco meses.