Fin de Marzo. Mes de incertidumbre.
La globalización mueve el mundo y, en esto, no distingue. Bueno y malo van de la mano, a pesar de la falsa ilusión de que lo segundo se queda por el camino. Y así, llegó el momento de alejarme temporalmente de Gante. Un momento sin tacto y de sabor agrio, que daba comienzo a un tiempo de dudas y nostalgia.
Separarse de lo que a uno le hace feliz es a veces necesario, pero se siente incongruente y frustrante. En este caso, para combatir la incertidumbre de cuándo podremos volver a disfrutar de Gante, tenemos la suerte de contar con nuestros fieles compañeros de vida, los recuerdos.
Este mes ha estado plagado de luces y sombras. De información contradictoria, idas y venidas; justo cuando estábamos estabilizándonos en el segundo semestre. Por suerte, las calles de Gante han seguido brillando y el ánimo general se ha mantenido siempre alto. Al inicio del mes, nos ha dado tiempo a aprovechar rayos de sol, risas entre amigos y exposiciones artísticas. Al final del mes, hemos tenido tiempo más que de sobra de revivir estos momentos a través de fotos, vídeos y videollamadas.
Echamos de menos Gante y su magia, no se puede negar. Pero esto pasará y volveremos. Para terminar todo aquello que dejamos a medias y para empezar todo lo que se quedó pendiente.
Este mes nos ha enseñado a valorar más, si cabe, todos lo vivido. Y es el mejor preámbulo para el resto de nuestra historia.
OS ESPERO EN EL PRÓXIMO POST: Primera edición virtual del Tour de Flandes – ¡No te la pierdas!
Os invito a este extraño lugar. Aunque las visitas no son frecuentes, haremos de esta ocasión la excepción que confirma la regla. Bienvenidos a mi cabeza.
Seguidme, os llevaré a un sitio muy especial. Normalmente, tras esta puerta pintada de colores, uno puede toparse con espaguetis flotantes, junglas de pingüinos o ciudades invisibles… A decir verdad, la mayoría de las veces, ni siquiera yo mismo estoy seguro de lo que me espera al girar el pomo. De todas formas, hoy podéis estar tranquilos. Hoy sí sé lo que hay al otro lado:
Al otro lado está Gante. Y sus calles adoquinadas, clones en bici, música abstracta, dinosaurios, idiomas alienígenas, hechizos y, dentro de esta normalidad, infinidad de locuras.
Lo más seguro es que si os dejase sueltos por este lugar, acabaríais majaras. Como no queremos eso, os lo voy a enseñar poco a poco, durante cinco meses.