El Parque de Laeken es probablemente una de las zonas verdes más extensas de la capital belga, además de uno de los lugares preferidos a la hora de una escapada lejos del carácter urbano. Cuenta con 160 hectáreas ideado por orden del rey Leopoldo II en el año 1850. Y tratándose de un lugar tan amplio de descubrir, son muchos los secretos que guarda entre sus árboles y largas explanadas verdes. Uno de los secretos rebelados en este blog también se encuentra en el mismo parque y puedes conocerlo en el post Secretos de Bruselas II: La torre japonesa y el pabellón chino.
El parque es de libre acceso, y se sitúa dentro del recinto de Heysel, donde tuvo lugar la Exposición Universal de Bruselas de 1958, el Atomium, la Feria de Muestras de Bruselas, el Brupark o el parque de Mini Europa.
En este post el secreto que se va a revelar es distinto. Quizás ya conozcas este parque y muchos de sus elementos más destacados como el Palacio Real, los Invernaderos Reales o el monumento a Leopoldo II. Y es que se conoce que este rey era más que tajante en sus caprichos, por eso el parque ha acabado siendo tan variado. En la calle Gros Tilleul Dikkelindelaan, hay algo que llama la atención nada más tenerlo delante. Una imponente figura domina el lugar en el que comienza la autopista hacia Amberes. Y esa figura es nada más, y nada menos, que la de Neptuno en una reproducción idéntica a la Fuente de Neptuno de Bolonia.
Este monumento recoge la mitología y el erotismo en su forma, y precisamente por ello se trata de una representación un tanto polémica que ha sonrojado a muchos por sus implicaciones eróticas. El cuerpo esbelto y voluptuoso del dios, y las figuras femeninas que posan sus manos sobre sus pechos que ofrecen beber a todo el que se acerque son algunos de los motivos. Pero parece ser que al rey Leopoldo II le gustó tanto que quiso tener también una parte de Bolonia en la ciudad, y ahora gracias a eso tú también podrás si algún día decides pasear por este parque lleno de secretos que descubrir.
Mi nombre es Fuensanta y durante los próximos meses tendré el placer de compartir mi estancia en Bruselas. Aunque llegara en septiembre, os adelanto que, a pesar de estar cinco meses aquí puedo asegurar una cosa: ¡aún queda mucho por ver! Revelaros todos y cada uno de los secretos y sorpresas que esconde la ciudad será el objetivo principal de cada publicación. Descubriremos historia, leyendas, arte, ocio, música y todo lo que un futuro estudiante erasmus necesite conocer antes de empezar esta gran experiencia.