Todo estudiante Erasmus es diferente. Si bien la mentalidad festiva predomina para la mayoría, hemos de ser conscientes de que esta experiencia puede aportarnos muchas otras cosas. En el ámbito profesional, por ejemplo, se nos abren diversos caminos que pueden llegar a ser tremendamente interesantes.
¿Quién te dice a ti que no acabarás fundando tu propio negocio en el país que te brindó el Erasmus? Es, sin duda, una posibilidad remota, atrevida e interesante. Por eso, vamos a hablar de ella.
Emprender en Bélgica conlleva numerosos aspectos positivos, pero también hay que tener ciertos factores en cuenta. Por ejemplo, el emprendedor puede verse tentado a centrarse exclusivamente en Bruselas debido a su renombre como «La Capital Europea». No obstante, prestar atención al resto de localidades belgas puede marcar la diferencia. De todas formas, la verdad es que la capital puede proporcionarte numerosas ventajas. Sumergirse en la «burbuja bruselense» conecta directamente con instituciones europeas y grandes empresas.
Por otra parte, los principales desafíos son la forma legal y los idiomas. Para alguien que solo cuenta con sus propios medios y rechaza adentrarse en el mundo de los créditos, el coste de crear una sociedad es bastante elevado. Aún así, es importante saber qué formas jurídicas se adaptan a qué casos. Por la parte del idioma, aunque el inglés se utiliza de vez en cuando, el francés y el flamenco son increíblemente relevantes. Y, normalmente, dominar solo una de las dos opciones no resulta efectivo, sobretodo si tu target es la población belga al completo, como es lógico.
Lo mejor de crear tu empresa en Bélgica, muy posiblemente, sea la oportunidad de dirigirse hacia un público extremadamente cosmopolita y diverso. Aunque, al mismo tiempo, esto plantea un reto difícil de superar a la vista de todos.
En definitiva, para todos aquellos Erasmus emprendedores: no le quitéis el ojo de encima a Bélgica, explorad sus alternativas al completo, conoced sus entrañas y, con algo de paciencia y esfuerzo, este pequeño hub europeo quizá llegue a ser más que un simple destino Erasmus.
¡Sed atípicos!
OS ESPERO EN EL PRÓXIMO POST: El camino de Gante hacia la accesibilidad integral
Os invito a este extraño lugar. Aunque las visitas no son frecuentes, haremos de esta ocasión la excepción que confirma la regla. Bienvenidos a mi cabeza.
Seguidme, os llevaré a un sitio muy especial. Normalmente, tras esta puerta pintada de colores, uno puede toparse con espaguetis flotantes, junglas de pingüinos o ciudades invisibles… A decir verdad, la mayoría de las veces, ni siquiera yo mismo estoy seguro de lo que me espera al girar el pomo. De todas formas, hoy podéis estar tranquilos. Hoy sí sé lo que hay al otro lado:
Al otro lado está Gante. Y sus calles adoquinadas, clones en bici, música abstracta, dinosaurios, idiomas alienígenas, hechizos y, dentro de esta normalidad, infinidad de locuras.
Lo más seguro es que si os dejase sueltos por este lugar, acabaríais majaras. Como no queremos eso, os lo voy a enseñar poco a poco, durante cinco meses.