Hay momentos en los que sabes que te estás metiendo en la boca del lobo, porque simplemente lo sabes. Que el protagonista de la película del sábado por la tarde decida salir de noche al jardín justamente cuando llueve a mares; o dejar que la alarma suene por tercera vez por la mañana; es meterse en la boca del lobo. Todos nos hemos metido ahí alguna vez, muchas veces sabiéndolo y otras no tanto, pero lo hemos vivido.
Pues bien, ayer me metí en la boca del lobo: fuimos a un restaurante italiano en Bruselas (hasta ahí todo bien)… con tres italianos. Y es que si los españoles defendemos a capa y espada el jamón ibérico, la paella o el queso manchego; los italianos pueden citarte al amanecer con un guante blanco si les nombras la pizza hawaiana o una salsa carbonara con bechamel. Pese a todo, decidimos asumir el riesgo de ocasionar un conflicto culinario porque desde el primer día la gente belga de la residencia lo describía como «el mejor restaurante italiano de Bruselas».
Y debo admitir que sí, los rumores son ciertos: Ricotta & Parmesan es simplemente un trocito de Italia en Bruselas.
Situado a cinco, diez minutos de la Grand-Place, este restaurante ofrece una gran variedad de pizzas, pastas, entrantes, bebidas, etc. en un ambiente cálido y bien decorado que te obliga a hacer sobremesa entre quesos gorgonzola y cosas al dente. La gran mayoría del personal es italiano, lo que no hace más que contribuir a una inmersión lingüística (y sobre todo culinaria) desde el propio corazón de Bruselas.
Sin embargo, más allá del ambiente, la decoración, el emplatado o el personal, lo que no puedo evitar alabar es la comida. ¡Qué comida, por favor!, y con una relación calidad-precio muy buena. Eso sí, las cantidades que ponen son generosas. Por eso, si queréis pedir postre, yo recomendaría compartir un único plato con otra persona, y dejar espacio en el estómago para algunas de las delicias dulces que ofrece la carta.
De acuerdo, a mí me encantó, pero vayamos a la prueba de fuego: ¿qué dijeron los italianos? No dejar nada en el plato, y hacer el «Mmm» genuino de cuando pruebas un plato de tu casa. Siempre se escuchaba algún «Puf, estoy lleno», pero nadie bajaba el tenedor, y entre las personas que seguían mirando su plato como Audrey Hepburn a Tiffany & Co., se encontraban especialmente los italianos.
Así que, ¿qué más pruebas necesitamos?
Recomendaciones
Hay un apartado dedicado única y exclusivamente a las salsas que puedes añadir a los diferentes tipos de pasta que ofrecen. Aunque estoy segura de que todas las salsas merecen muchísimo la pena, si queréis pedir pasta, yo recomendaría especialmente la de gorgonzola, pera y pistacho. Y es que literalmente lo único malo que encontré del local era que no nos sirvieran pan para poder aprovechar hasta la última gota de salsa.
A su vez, si preferís una pizza, os aconsejo elegir la Margherita o la Burrata. Esto se debe a que, al tratarse de un restaurante en el que cocinan muy bien, una pizza básica hace que sea aún más fácil disfrutar de su sabor y de cada producto que lo forma.
Porque a veces meterse en la boca del lobo puede venir muy bien, sobre todo si nos ponen queso aparte.
¡Muy buen día, sibaritas!
Me llamo Marina Carrasco Valero, estudio Periodismo y Comunicación Audiovisual, y este primer cuatrimestre voy a ser vuestra corresponsal Erasmus en Bruselas. Durante los próximos cinco meses, voy a ser la pequeña puerta que os lleve a tocar, paladear, ver (aunque con un poco de miopía), oler y oír Bruselas. Juntos vamos a descubrir sus secretos, exhibiciones, conciertos, festivales…