¡Buenas! ¿Cómo estáis? Parece que el espíritu navideño ha venido más temprano que nunca. No me quejo, me encantan las luces de Navidad, los villancicos, el aire que se respira… ¿A vosotros os gusta la Navidad?
Bueno, hoy os vengo a dar una rápida recomendación. Si estáis el suficiente tiempo en Amberes, seguro que conocéis el Plantentuin o Jardín Botánico. Si no, os invito a conocerlo. Es un pequeño espacio donde hay árboles y plantas y también algunos bancos. Su colección de hierbas cuenta con más de 2.000 ejemplares. El invernadero alberga una gran colección de cáctus y especies vegetales exóticas.
Originalmente, sirvió de jardín de plantas medicinales del hospital de Santa Isabel contiguo. Desde 1926, el jardín es gestionado por la administración municipal. En 1950, el Jardín Botánico fue clasificado como lugar de valor paisajístico.
Aunque es un lugar bastante típico y no muy grande, creo que es perfecto para estos tiempos que corren. Para ir a sentarte al aire libre a comer algo y escuchar música, o leer un libro o charlar un poco. Lo que te apetezca.
Es uno de los primero lugares que visité cuando llegué a la ciudad. Puede que no sea la localización más turística ni más extraordinaria pero es especial para mí. Me gusta sentarme y observar un poco la gente que pasea o la gente que se sienta. Una pareja de ancianos en un banco o un joven durmiendo en el césped. Y con mi cabeza loca empiezo a imaginar las historias de sus vidas. Esto no hace falta que lo hagas pero también tienes la oportunidad 🙂
Espero que os guste.
Carla Junyent
¡Buenas! Mi nombre es Carla Junyent, tengo diecinueve años y vengo de una pequeña ciudad cerca de Barcelona, llamada Igualada. Estudio Psicología en la Universidad Autónoma de Barcelona y a partir de ahora empieza la mayor aventura de mi vida. ¡Empieza mi Erasmus en Flandes!
Mis principales aficiones son la música en todas sus formas, el teatro y viajar. Durante años asistí a clases de canto y de interpretación, y ahora canto en un coro de mi ciudad. Hablo catalán, castellano e inglés, y estoy deseando aprender algunas palabras de neerlandés y francés. Siempre que he podido, me he escapado para poder hacer un pequeño viaje o alguna ‘aventurilla’. Por eso, cuando se me presentó la oportunidad de hacer un Erasmus, no lo dudé por un momento.
Al principio, no sabía mucho de Bélgica, pero había oído hablar muy bien de ella, de su cultura, arquitectura, de sus bicis… Me empecé a interesar por esta opción de Erasmus y supe que tenía que hacerlo. Y ahora, ¡aquí estoy!