Si por algo se caracteriza la Navidad, además de por un árbol gigante con luces🎄 y un señor gordito con barba blanca🎅🏻 y seis renos🦌 por mascota, es por las grandes, enormes, gigantes comidas y cenas, siendo estas la excusa perfecta para ponernos casi tan redondos🤰🏻 como nuestro querido Papá Noél.
También os digo lectores, unos kilitos que han sabido exquisitos, nunca vienen de imprevisto.
Los tímidos canapés, la jugosa carne🥩 a la brasa, el sabroso pescado🐟 al horno, el despliegue cromático de una tabla de embutidos🥓 o la variedad olfativa de una tabla de quesos🧀, se convierten en nuestro día a día durante estas fechas tan señaladas.
Pero siempre hay un elemento que no falla, presente en cualquier cena de Navidad por ser la guinda del pastel, o el mismo pastel, y es el componente 🍭dulce🍭.
En forma de mazapán, polvorón, mantecado, magdalena o panetone, puede estar presente, sin embargo, ten por seguro que en tu mesa o la de tu invitado habrá chocolate en forma de bombón, trufa o turrón.
Y como de costumbre, la corresponsal gantesa se ha echado a la calle para descubrir el local navideño más chocolateado de la ciudad, encontrando y presentando en exclusiva para mis apreciados lectores…
Dos generaciones de chocolateros artesanos apasionados por la tradición de sus raíces, siendo tal el sentimiento, que los natales conocen a este negocio familiar como la mejor chocolatería belga clásica.
¡Adentrémonos en la tradición en estado puro!
En Chocolatier Van Hoorebeke, cualquier producto es delicioso, pero dependiendo de tu gusto y el de los tuyos, podrás triunfar con la ayuda de unos redondos Patatjes espolvoreados con cacao o el crujir de los Florentines de caramelo y almendra, aunque también encontrarás los suaves Mellowcakes que se deshacen en boca o las pastas de frutas para dar un toque fresco, y por qué no la fusión de chocolate puro con rodajas de naranja🍊.
A pesar de tanta delicia elaborada, todos sabemos que una simple tableta de chocolate nunca falla, y la variedad Van Hoorebeke incluye ingredientes únicos y especiales como la sal marina o el cacao ruby, además de nuevas formas con las que saborear el ingrediente estrella como nunca antes, siendo algunos de sus productos más vendidos los Nougatines, las preciosas flores de cacao🌸 o las trufas.
Y no os lo perdáis queridos amigos chocolateros, que si queréis regalar placer dentro de una caja pero os encontráis perdidos e indecisos ante tanto producto divino, siempre podréis optar por la opción de una Gift Card🎁, ¡desde 10€ hasta 100€💸!
Además, cero preocupaciones por no tener el placer de vivir en la bella Gante, ya que esta familia es bien artista e inteligente y tiene disponible para ti, amante del cacao, su página web y redes sociales, para hacer llegar sus recetas ancestrales a cualquier parte del mundo🌍.
Lectores, vuestras cenas de Navidad están ansiosas ante la espera del maravilloso alimento de los Van Hoorebeke, el chocolate más clásico de Bélgica, ¡y lo sabes!
¡Saboreemos margaritas chocolateadas!
Besos de bombón🍬,
Rosa Bleda💛
¡Hola a todos! Mi nombre es Rosa Bleda y soy estudiante de Comunicación Audiovisual en la Universidad Complutense de Madrid, aunque realmente no soy madrileña sino manchega, de un pequeño pueblo llamado Hellín. Entre mis cosas favoritas en el mundo están el arte (pertenezco a un grupo de investigación en la UCM), el cine, la música, el gusto por la comida y sobre todo leer, me encanta que me cuenten historias, sin embargo no niego que algún día quisiera contarlas yo.
Mi sueño es ser comunicadora y trabajar en televisión, pero eso no significa que no aspire a más cosas en la vida, ya que el poder dirigir una película, escribir en un periódico o comisionar una exposición artística me resulta bastante tentador. También la idea de doblar algún personaje en un futuro o interpretar una obra de teatro, como La Casa de Bernarda Alba o La dama del alba, y eso que no me llamo Alba.
El motivo por el que elegí Bélgica como país de destino Erasmus, es que siempre me he sentido muy atraída por dicho país y su cultura, uno de mis pintores y comidas favoritas son procedentes de ese mágico lugar, cómo no Magritte y los gofres, combinación majestuosa donde las haya. Pero ojo, que no me olvido de las famosísimas y más que aclamadas patatas fritas, otro de mis favoritos en mi menú personal, aunque también quiero lanzarme a probar todo tipo de plato típico ya que mi sueño frustrado siempre será el ser crítica gastronómica (Ratatouille tiene gran culpa de ello).
Dicho esto, toca desvelar cuál es la ciudad a la que me dirijo a partir de Septiembre de 2020, y que me acogerá hasta que llegue la Navidad y toque volver a casa como el turrón. Mi destino Erasmus es Gante, esa pequeña ciudad portuaria que en tiempos de juglares era la reina de Europa. Seré sincera, tengo muchísimas expectativas en ella, y no es para menos la verdad.