¡Y seguimos con el turismo de pueblos!
Hoy he pasado el día en un pequeño pueblo de carácter rural de la provincia de Amberes llamado Sint-Amands. Una de las atracciones principales de este municipio, son las increíbles vistas que alberga del río Scheldt.
Pese a que Sint-Amands se mencionó por primera vez en documentos históricos en el año 822, ningún monumento ha sobrevivido a esa época. Pero no todo es negativo, ya que allí podréis visitar el Sint-Amanduskerk (la iglesia), que data del siglo XVII, y algunas casas en Kerkstraat que han conservado las fachadas de los siglos XVII y XVIII.
El mausoleo del famoso escritor belga Emile Verhaeren (1855-1916), una de las celebridades que nacieron y pasaron su vida en este pueblo, se encuentra en Sint-Amands justo en frente del río. Este célebre autor, además, cuenta con un museo ubicado en el mismo municipio, el Museo Provincial Emile Verhaeren. Sin embargo, este no es el único, ya que Sint-Amands también cuenta con el Molenmuseum, o Museo de Molinología, que como el mismo nombre indica, es un fantástico lugar donde ver explicadas y expuestas todo tipo de facetas de la molinología.
Pero pese a la historia que alberga el pueblo, dos de las dos actividades que más turistas atraen son el ferrocarril turístico y el servicio de ferry. El ferrocarril turístico Dendermonde-Puurs, se bifurca a unos cientos de metros de la estación Dendermonde y tiene cuatro paradas: Baasrode-Noord (4,68 km), Sint-Amands (8,01 km), Oppuurs (11,26 km) y Puurs (14 km). Un dato curioso es que este ferrocarril se utiliza regularmente para filmar películas y series.
Por otra parte, os recomiendo mucho el servicio de ferry que ofrece el pueblo (solo para ciclistas y peatones). Si os subís, tendréis la oportunidad de cruzar la orilla del río y presenciar unas vistas increíbles del pueblo.
Soy Núria, una catalana de veintidós años que lleva esperando su Erasmus en Flandes desde antes de empezar la carrera. Me encanta leer, escribir y hablar. Escuchar también, me encanta aprender cosas nuevas. No podría vivir sin arte. Cuando estoy triste escucho música y cuando estoy feliz también. Amo comer, supongo que el amor por la comida me viene de mi padre. En mi casa, siempre hemos sido de probar platos típicos de otras culturas, y no solo eso, de aprender a cocinarlos también.
Desde los catorce, tuve claro a qué me quería dedicar. Mi sueño era bastante específico: estudiar periodismo en Madrid. Luego, llegó el bachillerato y con ello las clases de economía. Nunca pensé que me fuera a gustar algo así, pero vaya si me gustó… La economía me generaba una curiosidad tan grande, que la puse de primera opción junto con ADE. De esta forma, en 2016, empecé un doble grado en economía y ADE. Descubrí un mundo nuevo, y fui consciente de lo importante que era la economía para ayudar a la gente. Comprendí que los economistas son importantes, pero no para lo que cree la mayoría de la gente. Ellos pueden elaborar modelos para reducir la pobreza, extinguir la corrupción e incluso evitar guerras. A medida que aprendía más cosas, mi amor por la economía crecía. Hoy, la economía me apasiona, de esto no tengo ninguna duda, pero el periodismo aún forma parte de mí.