Dicen que no por mucho madrugar amanece mas temprano, pero parece que a mi aerolínea eso no le importó mucho. Después de coger el vuelo a las 6:45 en Bilbao, hacer escala en Madrid y coger el tren en Bruselas, por fin, ¡Llegué a Hasselt!
Nada más bajarme del tren, y atravesar la puerta de la estación me inundó un sentimiento de tranquilidad (Por haber llegado sin ningún percance) pero a su vez aparecieron, la angustia y el nerviosismo característicos de cuando comienzas una nueva aventura.
Al lado de la estación de trenes se encuentran varios buses que parten a diferentes sitios de Hasselt y también a pueblos cercanos. Además, hay varios taxis merodeando en busca de turistas perdidos y gente con prisa. Cabe señalar que el precio de estos puede ser bastante elevado (Por ejemplo, viajar desde Bruselas hasta Hasselt, que son 80km aproximadamente, cuesta entorno a los 200€, y desde la parada de tren hasta mi residencia, que son 3 km aproximadamente, unos 12€) si no los reservas con de antemano.
En aquel entonces, aunque yo desconociera estos precios, sinceramente, una vez llegado a la ciudad de destino, merece la pena coger un taxi para no tener que andar con las maletas por todo Hasselt, pero para cuando me di cuenta de eso, ya estaba con “Google maps” en la mano y rumbo a pie a lo que será mi casa durante estos próximos meses.
Lo bueno de haber ido andando es que pude tomar mi primer contacto con la ciudad, que verdaderamente fue muy esperanzador, ya que varias personas me ofrecieron ayuda con las maletas y me explicaron perfectamente el camino hacia mi destino.
Como ciudad, Hasselt se divide mediante anillos (Puedes saber que estas atravesando uno porque los dividen mediante carriles de bicicleta amarillos como se puede ver en la foto). El anillo central, que podríamos decir que define el centro de la ciudad, es donde están la mayoría de las tiendas y de los bares, y por donde se mueve la mayoría de la gente. Aquí es obligatorio el uso de la mascarilla.
Fuera de este primer anillo, bien dentro del segundo y fuera de él, deja de ser obligatorio el uso de la mascarilla, siempre que se pueda respetar la distancia de seguridad. Que es muy probable que sí, ya que es donde se encuentran la mayoría de los parques y las zonas de deporte.
Como ya sabréis, en Hasselt el idioma predominante es el neerlandés, aunque la mayoría también domina el francés o el inglés.
Una vez hecha mi travesía hasta mi residencia (Que ya os la enseñaré más adelante 😉), ya me pude acomodar y empezar a conocer a la maravillosa gente, que siendo estudiantes como yo, me acogieron con los brazos abiertos.
Por muy ajetreado que pudo ser el día todo fue sin ningún incidente, porque ya sabéis, ¡al que madruga, dios le ayuda!
Un saludo.
Iñaki Balier.
¡Buenos días viajeros! Me llamo Iñaki Balier y soy un estudiante de Ingeniería de Energías Renovables en la Universidad del País Vasco, en concreto, en la pequeña escuela ubicada en Éibar (Guipúzcoa). Estoy cursando cuarto de carrera, asique para cuando acabe este viaje, pretendo haberme convertido en un ingeniero completo, siempre y cuando, la carrera de Ingeniería Electromecánica que voy a estudiar en Hasselt no me ponga las cosas muy difíciles.
La afición que me puede llevar a darle un enfoque diferente es el deporte. Me gusta mucho experimentar diferentes y hacerlo regularmente. Los que más práctico, son la escalada, el running y el ciclismo, aunque otros como la natación o el slackline no se me quedan muy atrás.