Yo era de ese 1% de la población que no había cogido una bici desde los siete años. Es más, nunca llegue a aprender a andar sin ruedines, lo cual se convierte en un obstáculo cuando tu entorno cercano organiza planes de dos ruedas y te ves en la obligación de rechazarlos si no quieres partirte las dos paletas ante decenas de ojos.
“Sin falta el verano que viene aprendo” juraba y perjuraba todos los años. Y es que el verano llegaba, y con él, las fiestas, el sol, la arena y las innumerables siestas… sacaba tiempo para todo, menos para aprender a andar en bici. Cuando tienes que empezar algo desde cero, es muy sencillo frustrarte y rendirte a la primera de cambio y yo no fui consciente de ello hasta que llegue a Lovaina, sin duda, señoras y señores, la ciudad de las bicicletas. Nadie de entre 14 y 30 años se mueve a pie, nadie sale a la calle sin su bicicleta, hasta para dar un paseo por el centro del anillo resulta imprescindible, casi tanto como unos buenos guantes para el frio. De modo que, si tienen pensado venir a Lovaina y aún no saben andar en bici, no se me alteren, que si yo lo he conseguido, créanme que ustedes también lo lograrán.
El primer día que acabamos la cuarentena y pudimos salir a la calle, lo primero que hicimos fue alquilar una bicicleta de segunda mano para seis meses. Acudimos a la empresa Velo, la más destacada de todo el anillo. Los seis meses alcanzaron los 65€ y la fianza de la misma 130€, un total de 195€. En Velo se ofrecen muchos tipos de bicicletas en variación de su uso, en mi caso alquilé la más sencilla, ideal para la ciudad. Hoy, dos semanas después, estoy encantada con ella. Sin embargo, también se alquilan bicicletas para la montaña, para rutas largas, etc.
El precio del alquiler incluye el coste de cualquier tipo de reparación de la bicicleta durante los seis meses.
Señoras y señores, empecemos ahora con los consejos para torpones como yo, o mejor dicho, para personas con bajos recursos de equilibrio y dirección:
- Nada más consigan la bici, por favor, pónganse a pedalear. Al principio es normal estar inseguro y, sobretodo, temer por la integridad física de las personas y de los coches aparcados con los que una se encuentra. Pero para aprender es necesario practicar, generar confianza cuanto antes hará que potencien su equilibrio y, sobretodo, sus ganas de mejorar.
- Un punto a su favor es que la ciudad de Lovaina está esencialmente condicionada para las bicicletas, todas las plazas y calles tienen numerosos accesos y señales para bicicletas, lo cual facilita notablemente la movilidad y genera confianza para los principiantes. ¡Hay mil veces más bicicletas que coches!
- A mí lo que más me costaba, sin duda, era arrancar. El primer pedaleo es el más importante, por lo tanto, les recomiendo que lo den con fuerza y sin miedo. Un buen comienzo implica confianza para mantener el equilibrio y, en ocasiones, las más afortunadas, un final de trayecto sin ningún tipo de herido ni choque desafortunado. 🙂
- Dos semanas de práctica y puedo decir, orgullosa, que ¡lo he conseguido! Soy capaz de pedalear llueva, nieva o caigan rayos y centellas en el cielo. Puedo ir al supermercado en mi bicicleta, cargada como una mula, y esquivar con asombroso éxito a todo aquel que se cruce en mi camino. (Ciudadanos de Lovaina, ya no soy un peligro, pero si veis a una muchacha como la de la fotografía, les recomiendo que cambien de calle :))
Y recuerden, este es el mejor de los consejos, nunca es tarde para aprender y no se avergüencen de ello.