En tiempos de pandemia hacer deporte es todo un reto y más aquí en Bélgica, que todos los gimnasios, rocódromos y lugares Indoor para hacer deporte están completamente cerrados. Aun así, hay un deporte que se salva; la natación.
No sé muy bien cuál es la razón, pero las piscinas están abiertas al público, siempre con reserva previa y manteniendo las normas anti-covid, pero, al fin y al cabo, están abiertas.
En Hasselt, la piscina municipal se encuentra en el parque Kapermolen, exactamente en la dirección Koning Boudewijnlaan 22. Dispone de una piscina exterior de 50 metros y una interior de 25 metros, aunque como es lógico, en estos momentos solo está disponible esta última. Además, también tiene una piscina de olas, dos piscinas para niños y una zona con toboganes.
En cuanto a los precios,
la entrada única vale 3,5€ para mayores de 18 años y 2,5€ para menores. Como en la mayoría de centros deportivos, disponen de diferentes bonos, así como, el de 20 sesiones (50€), el anual (250€), el grupal (2,50€ por persona) y una tarifa social, que presentando el seguro de enfermedad el precio de entrada se ve reducido a 1,75€. Por último, hay una tarifa direccionada a los estudiantes, que en la página web de la piscina no aparece y sin duda es la más apetecible, que se obtiene mediante la student sport card, y con la que pagando 25€ por la tarjeta (Tiene más ventajas en otros deportes) es posible entrar indefinidamente a la piscina. Por cierto, ¡nos os olvidéis de una moneda de 1€ para la taquilla.
Mi experiencia:
Hasta ahora yo he ido dos días, en diferentes horarios, para comprobar cuál es el más adecuado para un nadador, y sinceramente, las dos experiencias han sido completamente diferentes:
El primer día, después de reservar para las 12:30pm en esta página, (Como información útil, los plazos de reserva se abren los miércoles para las dos siguientes semanas y se venden como churros) y cogido el ticket mediante la aplicación de SSL (La app de la mencionada student sport card) me puse camino a la piscina, feliz como un niño yendo al parque de atracciones. Aunque esto no duraría mucho.
Nada mas entrar en la piscina vi que la mayor parte no estaba en funcionamiento, solo se podían usar las dos piscinas medianamente grandes, donde se amontonaba la mayoría de gente. Si así es, se amontonaba. Cuando entré en la que sería mi calle ya la compartía con otro nadador, pero para cuando pasaron 10 minutos, ya éramos 6 personas en el mismo espacio, cada una con su ritmo y manera de nadar. Además, no paraba de entrar gente, y sobre todo niños, que acudían al curso de natación que ocupaba media piscina. Total, que era imposible hacer dos largos sin tener que pararse. En consecuencia, decidí salir a la ducha caliente y resignarme a probar suerte otro día.
El segundo día reservé para las 18:30, y ya cuando estaba entrando en la piscina me di cuenta de que iba a ser totalmente diferente. La mayoría de personas eran jóvenes y se les veía con bastante más decisión. Además, me di cuenta de un fallo que pudo ser el origen de mis frustraciones el anterior día; ¡Cada calle está definida para un tipo de natación y velocidad! Así que me pude meter en la que más me convenía, y aunque también había otras 3 personas conmigo, todos manteníamos un ritmo parecido, por lo que pudimos nadar con naturalidad.
Partiendo de la base que no comprendo porque las piscinas son el único establecimiento deportivo que está abierto hoy en día, el primer día volví a casa con la sensación de que verdaderamente había dejado de ser un sitio donde practicar natación y se había convertido en un nuevo sitio de reunión, donde sin duda alguna, había una excesiva cantidad de gente.
El segundo día me di cuenta de que elegir bien la hora y el día pueden definir y repercutir en la experiencia que tengamos.
Por lo tanto, elegid bien y siempre, ¡tened paciencia!
Un abrazo,
Iñaki Balier.🤟
¡Buenos días viajeros! Me llamo Iñaki Balier y soy un estudiante de Ingeniería de Energías Renovables en la Universidad del País Vasco, en concreto, en la pequeña escuela ubicada en Éibar (Guipúzcoa). Estoy cursando cuarto de carrera, asique para cuando acabe este viaje, pretendo haberme convertido en un ingeniero completo, siempre y cuando, la carrera de Ingeniería Electromecánica que voy a estudiar en Hasselt no me ponga las cosas muy difíciles.
La afición que me puede llevar a darle un enfoque diferente es el deporte. Me gusta mucho experimentar diferentes y hacerlo regularmente. Los que más práctico, son la escalada, el running y el ciclismo, aunque otros como la natación o el slackline no se me quedan muy atrás.