Una de las ventajas de vivir en Flandes es la de poder recorrer las ciudades más bonitas de Bélgica a buen precio. Brujas es uno de los lugares que no puede escaparse de las manos de ningún visitante o estudiante.
Un tren con la famosa Go Pass (con descuento a menores de 26 años) desde la estación de Amberes. Tras una hora y media de viaje y un transbordo en la estación de Gante, LLEGAMOS A BRUJAS, la famosa y encantadora Brujas. Las expectativas son altas. Hemos oído hablar mucho de Brujas, “la ciudad que parece salida de un cuento”, hemos oído sobre sus canales, sus casas flamencas y sus colores, pero a mis oídos no había llegado el encanto de sus parques.
Salgo de la estación la intención de “perderme por Brujas” y el objetivo se cumple cuando veo mi móvil sin batería. Bienvenidos a la era de Internet, decían que GPS iba a solucionar todos nuestros problemas, pues evidentemente NO si te quedas sin batería. Pero bueno, tengo que aceptar que me atrajo la idea de andar sin rumbo y dejarme impresionar.
Ni media duda, queremos cruzar el parque. Y en ese preciso momento me di cuenta, Brujas tiene un color especial, más allá de sus casas y sus canales, tiene un VERDE único. El parque de Minnewater es uno de los más coloridos en los que he estado jamás y ofrece una entrada triunfal a los que llegan a Brujas en tren, lo llamaría, “la alfombra verde”.
En el corazón de Minnewater se encuentra un pequeño lago rectangular rodeado de árboles y de leyendas. De la historia de amor tde Minna y su amante Stromberg, una historia trágica que se remonta a la antigüedad romana, resultó una leyenda popular según la cual: todo el que cruce el puente de Minnewater con su amante, conocerá el amor eterno. Esta leyenda convierte el lago en el llamado “Lago del Amor”, un lugar muy romántico donde disfrutar de un paseo muy tranquilo que parece sacado de una película Disney.