¿Cómo te imaginas a una persona de Bélgica? Antes de llegar a vivir aquí yo relacionaba su cultura con cualquiera otra del Norte de Europa. No obstante, después de unos meses, me he dado cuenta de que aunque puedan tener características similares (como vestir sandalias con calcetines) los belgas tienen algo que les caracteriza. ¡En este post vengo a romper con algunos de los estereotipos que tenemos sobre ellos!
Lo primero que me llamó la atención justo el primer día de mi Erasmus es que son personas muy educadas y hospitalarias. En general, todo el mundo que he conocido de este país me ha atendido con mucho respeto, y a nivel de compañeros de clase y vecinos siempre se han ofrecido para lo que necesitase.
Lo cual me lleva a decir que nunca antes podría haberme imaginado que esta cultura fuese tan servicial. Todos los belgas con los que he llegado a crear una amistad me han invitado a cenar, a sus casas, me han enseñado la ciudad, sus costumbres… Y cuando he tenido algún problema también me han prestado su ayuda.
Sin embargo, eso no quita que su carácter sea más frío a lo que estamos acostumbrados. Los belgas suelen ser personas a las que les cuesta más hacer un amigo, puesto que ellos “no se echan tanto a la calle” como nosotros. Pero por eso mismo, me atrevería a decir que quien tiene un amigo belga, tiene un tesoro, ya que además son realmente comprometidos. Algo que siempre me llamará la atención es que todo correo que mandes a cualquier persona u organización en este país será respondido (aunque lleguen a tardar en contestar).
Otra faceta que les describe es que son muy puntuales. Si haces un plan con ellos ¡nunca llegues tarde! Porque les molestará. Y en el remoto caso de que ellos se retrasen (incluso aunque sean tres minutos…) te pedirán disculpas. También son muy estrictos. Las normas las cumplen al dedillo. Aquí los policías no pasan ni una, si sabes que una calle es solo para uso peatonal, ¡no vayas subido en la bicicleta! (a no ser que quieras pagar una multa de 60€).
Además, aquí todo el mundo suele hablar al menos tres idiomas. En Bélgica las lenguas más habladas son el neerlandés (en Flandes), el francés (en Valonia) y el inglés, aunque me he encontrado con muchos jóvenes que habían estudiado español (o querían hacerlo en un futuro próximo).
Y por último, los belgas son realmente independientes y no poseen el sentimiento de familia tan arraigado como nosotros. De hecho, ellos suelen emanciparse cuando entran en la universidad y comienzan a trabajar siendo muy jóvenes.
Si quieres saber más sobre qué nos diferencia a los españoles con ellos, échale un vistazo a este otro post:
Teresa Jiménez
PD: ¡se me ha olvidado hablar de la comida! ¡En este país comen a deshoras! Nunca quedes con un belga para cenar, o si lo haces, explícale que cenas bastante más tarde de las siete de la tarde. Y eso sí, una buena noticia: ¡aman la cerveza!
¡Me presento! Mi nombre es Teresa Jiménez Casas (Rete para los amigos), vengo de Córdoba y soy guitarrista flamenca profesional. Estudio Administración y Dirección de Empresas y desde septiembre estoy de Erasmus en la Universidad de Gante (UGent).
Soy una persona extrovertida, espontánea y con muchísimas inquietudes. He viajado por medio mundo, he conocido a gentes de todo el planeta, y ahora que estoy en Bélgica, no espero otra cosa, sino que esta experiencia se convierta en la mejor de todas las que he vivido hasta ahora.
Estoy enamorada de la cultura, especialmente de la música. Toco la guitarra flamenca desde que tenía ocho añitos y me he subido a escenarios de España, Eslovenia, Italia y Croacia. Además, me encanta escribir. Hace unos meses terminé mi primera novela corta y tengo un sinfín de mini relatos escondidos por toda mi casa.