Todos los españoles conocemos los manteles de encaje que nuestras abuelas ponen sobre las mesitas de café, o la mesa del comedor. Además, los valencianos tenemos muy presente este elemento en nuestras fiestas, en las mantillas de las falleras. Y claro, yo lo asociaba como algo muy de España. Así que al llegar a Bélgica, me sorprendieron las tiendas donde venden estas telas, y más cuando me enteré de que el arte del encaje tiene siglos de tradición aquí también.
Breve historia
Se remonta al siglo XV, cuando afloraba el Renacimiento. El monarca Carlos V lo declaró obligatorio para las monjas y beatas de Flandes, por lo que empezó a tejerse en monasterios. Burgueses y nobles no tardaron en vestir estos delicados adornos en los puños de sus trajes. Las rutas comerciales que atraviesan la región desde la Edad Media y el sentido comercial de los artesanos lograron que se popularizaran en toda Europa a mediados del siglo XVIII.
En aquel momento, estas transacciones garantizaban un sustento para muchas familias. Ahora, pocas personas viven de ello, pero el arte del encaje sigue vivo. Se siguen comercializando las telas, enseñando y perpetuando las técnicas, y conservando piezas de extraordinario valor en museos.
Bruselas y Brujas
A pesar de que en Bruselas ya se nota su presencia en locales céntricos y cuenta con el Museo del Traje y el Encaje, es en Brujas donde realmente se palpa esta técnica. De hecho, la ciudad ostenta el título de “cuna del encaje” junto a Venecia.
Aquí se puede visitar el Centro y el Museo del Encaje. Aunque se trata de una exposición pequeña, todos los que la han visitado coinciden en que su atractivo estrella son las demostraciones de encaje de bolillos. En dos salas diferentes, tejen adultos expertos y los niños pueden aprender y experimentar también. Tienen lugar todos los días de 2 a 5 de la tarde, excepto domingos. Además, este es el único lugar donde comprar piezas 100% elaboradas a mano en la localidad. Al contrario de otras tiendas en las calles que venden telas importadas o elaboradas a máquina, estas las tejen los propios alumnos de la escuela. La producción artesanal actual está muy limitada, así que es muy recomendable aprovechar la tienda del museo.
Si te sabe a poco, puedes reservar en la Oficina de Turismo otro recorrido a pie por los puntos más emblemáticos de la historia de este tejido en Brujas. Este tour también trata de acercar a los visitantes el ambiente de creación y desarrollo de esta tradición.
Amberes
No puedo terminar este artículo sin mencionar a Amberes, cuya industria del encaje quedó injustamente más olvidada que la de Bruselas o Brujas. Para revertir esto, el MoMu inauguró la exposición P.LACE.S en su reapertura para recuperar el aporte de la ciudad a este patrimonio histórico flamenco.
¡Nos leemos pronto!
Me presento, me llamo Julio Yustas, tengo 23 años y voy a ser parte del equipo de corresponsales que, durante el próximo semestre, va a intentar que disfrutéis de Flandes al menos tanto como nosotros.
Vengo de Valencia, donde estudio el Máster de Ingeniería Industrial en la Universitat Politècnica de València. Durante los dos próximos años, disfrutaré de Bruselas gracias a un acuerdo de doble titulación por el que estudiaré el Máster en Ingeniería Electromecánica en la Université Libre de Bruxelles (ULB).
Me considero una persona bastante proactiva y es difícil que no me encontréis embarcado en alguno de mis múltiples proyectos. Mi tiempo libre lo dedico principalmente a pasar tiempo con mis amigos, viajar, la fotografía y la cocina.