Probablemente se trate de la ciudad más popular y turística de Bélgica, después de la capital. Al menos desde el extranjero tiene esa consideración, porque en todas las visitas que hemos recibido mis amigos y yo hasta ahora, no ha faltado el “¿y por qué no vamos el sábado/domingo a Brujas?”. En realidad los entiendo, los atractivos turísticos (lo básico) de Bruselas se terminan a los pocos días, a no ser que trates de ver más allá del centro y el Atomium. Y cuando se enteran de que está tan cerca, nuestras familias y amigos españoles arden en deseos de recorrer los canales, puentes y casas tradicionales de una de las joyas de Flandes.
Cómo llegar
Llegar desde Bruselas es facilísimo, hora y media en tren, algo más si tiene más paradas, quizás menos con suerte. Salen trenes desde las estaciones Norte, Central y Sur con una frecuencia de 20-30 minutos. Os servirán la mayoría con destino Ostende y Gent-Saint-Pieters-Brugge. Acordaos de comprar el Youth Ticket para vosotros y vuestros amigos si sois menores de 26, y el Weekend Ticket para padres o familiares más mayores, si queréis ahorrar lo máximo posible.
Una vez en la estación de Brujas, os será fácil encontrar el camino hacia el centro porque la multitud se dirige en masa hacia allí. Es cierto que nosotros tuvimos la gran suerte de ir el sábado que mejor tiempo hizo este mes, todo el día soleado y a temperaturas muy agradables. Por lo tanto, quizás nos perdimos el encanto mágico, romántico de los canales y las calles empedradas bajo el cielo gris, pero ganamos en ambiente y vitalidad.
En Brujas se puede hacer bastante, realmente da para más de un día. Aun así, como la mayoría que no estamos de Erasmus allí vamos «de excursión» (aunque se puede repetir), os dejo una lista sitios que llamaron mi atención para guiaros, y algunos tips:
Museos e interiores
- El Groeningemuseum, cuya fachada discreta contrasta con la riqueza de detalles de los cuadros de los primitivos flamencos que se exponen dentro.
- El Gruuthusemuseum: os acercaréis por su ornamentado exterior beige con toques rojos, os quedaréis porque contiene el mejor y más completo resumen de la historia de la ciudad. Tiene realmente de todo: estatuas, tapices, telas de encaje, armas… Además, está conectado con el museo de la Iglesia de Nuestra Señora.
- ¿Ya está bien de museos? Bueno, estos también lo son, pero varían de «arte e historia». El Museo de la Cerveza y el de las Patatas Fritas también os esperan. O el de los Diamantes, o el Museo del Encaje del que ya hablamos, hay para todos los gustos. En cuanto al tema cervezas: en vez del museo, podéis optar por The Beer Wall y sus vitrinas con decenas, incluso cientos de variedades de botellines y copas.
Aunque estas ideas están genial, sobre todo en días fríos y lluviosos, si brilla el mismo sol espléndido que cuando fui yo, no os apetecerá estar en interiores.
Paseos al aire libre
- Es de lo más evidente y turístico, pero los tours en barco se disfrutan mucho. Por 10€, das una vuelta de media hora y te haces una idea mental del centro. Generalmente, los guías tratan de explicar (en flamenco e inglés) lo que se ve a lo largo del recorrido, aunque es difícil escucharlos con el ruido del motor y la charla de la gente. Aun así, disfrutad del entorno: arquitectura tradicional, torres altas, árboles a los márgenes del canal, patos y cisnes… Ah sí, y no os olvidéis de «ser buenos turistas» saludando a desconocidos de otros barcos y a los niños que se asoman desde los puentes 😊
- Precisamente enfrente de un embarcadero, había montado un mercadito de antigüedades de lo más curioso.
- Por supuesto, que no se os pase la Grote Markt y su campanario. No es tan espectacular como la de Bruselas (sí más grande), aunque le sobra ambiente y restaurantes. Podéis comer en cualquiera de las calles que parten de aquí, por ejemplo la Vlamingstraat.
- Si ya habéis comido, podéis tomar la Sint-Jakobsstraat y tomar un café italiano en Espresso Bar. Yo no conozco la ciudad a la perfección, pero aquí sirven cafés excelentes.
- Seguid paseando, no dejéis de pasear porque os quedan varias plazas y edificios monumentales imprescindibles. Una de las calles comerciales os llevará a la Catedral, y desde ahí estáis a nada de la Iglesia gótica de Nuestra Señora de Brujas, un punto de referencia gracias a su torre. Entrad, que su interior alberga una estatua de Miguel Ángel.
En realidad, todo lo que veáis dentro del anillo que forma el canal principal (el centro histórico), os gustará. Chocolaterías, parques, puentes, callejuelas sin rumbo que desembocan en lugares ya conocidos… Perdeos y dejaos sorprender por lo que la ciudad os quiera enseñar.
- Por último, no puedo no mencionar la Basílica de la Santa Sangre, que comparte plaza con el ayuntamiento. Ya se reconoce mundialmente por su reliquia de la sangre de Cristo, y por ello la visitan cientos de turistas en un día concurrido. A pesar de ello, lo que más me cautivó a mí fue la decoración: colorida, en madera… Nada que ver con la imponente sobriedad románica, ni con las decoraciones góticas; diferente a cualquier lugar santo cristiano que haya visitado antes.
Para redondear el día, si todavía os quedan fuerzas, ¿qué tal algunas compras? Bonus: si os encanta la ropa de segunda mano, pasaos por Think Twice en su semana de ofertas 😉 ¿O mejor un gofre en Chez Albert? Sino, sentaos en una terraza al sol para empaparos de la magia de Brujas mientras el sol cae, antes de volver a la estación. Y si os ha sabido a poco, quedaos una noche, o venid en otra ocasión: la ciudad estará encantada de acogeros.
¡Nos leemos pronto!
Me presento, me llamo Julio Yustas, tengo 23 años y voy a ser parte del equipo de corresponsales que, durante el próximo semestre, va a intentar que disfrutéis de Flandes al menos tanto como nosotros.
Vengo de Valencia, donde estudio el Máster de Ingeniería Industrial en la Universitat Politècnica de València. Durante los dos próximos años, disfrutaré de Bruselas gracias a un acuerdo de doble titulación por el que estudiaré el Máster en Ingeniería Electromecánica en la Université Libre de Bruxelles (ULB).
Me considero una persona bastante proactiva y es difícil que no me encontréis embarcado en alguno de mis múltiples proyectos. Mi tiempo libre lo dedico principalmente a pasar tiempo con mis amigos, viajar, la fotografía y la cocina.