Cada ciudad tiene mil historias que contar, siendo estas quienes las caracterizan y le dan reconocimiento. Historias de progreso, de amor, incluso de guerras. Pero también de renacimientos, de esperanza, evolución. Los vestigios materiales que nos quedan de todas ellas suelen ser edificios, monumentos, incluso nombre de calles o plazas que aunque no cuentan la historia detrás, se quedan como recordatorio de lo ocurrido. Por supuesto, en Bruselas está repleta de ellos, pero hoy os quiero contar la historia y el contexto de uno de los hitos turísticos más conocidos de la ciudad: El Atomium.
El Atomium en la actualidad
En el año 1958, en un período de posguerra donde gran parte del mundo aún sufría las consecuencias sociales, económicas y culturales de una guerra a la que se puso fin 10 años atrás, la ciudad de Bruselas volvió a resurgir en el panorama internacional. La capital belga consiguió los focos de todo el mundo con la celebración de la ‘Exposición General de primera categoría de Bruselas de 1958’, la que sería la primera exposición mundial llevada a cabo tras la IIGM.
Más de 41 millones de personas visitaron durante los 6 meses que duraría la exposición su ubicación en el parque ferial Heysel. Los mayores avances tecnológicos de la época así como numerosas exposiciones culturales fueron exhibidos en los pabellones construidos por los más de 40 países participantes.
Por supuesto, el que se convertiría en el pabellón principal e icono de la Expo’58 sería el Atomium. Tal fue el impacto y la fama de esta estructura, que lejos de los 6 meses correspondientes a la duración de la exposición, se comenzó a posponer su demolición hasta que finalmente se decidió mantener de forma permanente en la ciudad.
Por supuesto, el Atomium no fue el único protagonista. Además del Pabellón Philips construido por el famoso arquitecto Le Corbusier junto a Iannis Xenakis, el pabellón de Checoslovaquia dio la sorpresa recibiendo la Estrella de Oro de la exposición. Tal fue el éxito de este pabellón que una vez dada por finalizada la Expo, se decidió trasladar este edificio a Praga. De esta manera, aunque no en la ciudad de Bruselas, aún queda otra huella de este importante evento celebrado en la capital de Bélgica.
Además, aunque perteneciente originalmente a la exposición de 1935, también formó parte en 1958 el Palacio del Centenario o ‘Palacio de las exposiciones’, del cual también podemos disfrutar a día de hoy en el parque Heysel.
Las esferas del Atomium además de miradores contienen diversas exposiciones en su interior
¿Os pica más aún la curiosidad? Pues en el interior de una de las esferas del Atomium podréis conocer un poco más sobre la historia de este edificio y algunas pinceladas sobre la exposición de 1958.
¡Disfrutad de las fiestas! Tot ziens!
Merci
Mi nombre es Mercedes -aunque todos me conocen por Merci– , soy estudiante de último año de Arquitectura y a partir de hoy emprenderéis conmigo esta aventura para conocer la tercera dimensión de Bélgica.
Durante el primer cuatrimestre de este curso viviré mi experiencia Erasmus en la ciudad de Hasselt, estudiando mi 5º año de carrera en la UHasselt, pero también seré la encargada de descubrir y mostraros los tesoros del Patrimonio que oculta Bélgica, además de contaros otras experiencias, consejos o información que os puedan servir de utilidad para cuando seáis vosotros quienes emprendáis este viaje.
En mis posts no solo podréis encontrar los principales atractivos de las distintas ciudades y pueblos de Flandes, sino también podréis adentraros un poco más en la cultura belga atendiendo también a la arquitectura tradicional que abunda en el país y al patrimonio inmaterial, con el que conoceréis las distintas costumbres que han pasado de generación en generación y que a día de hoy se han convertido en características propias de la región. Como iréis descubriendo, Flandes tiene un pasado cultural muy rico e interesante, pero tampoco nos olvidaremos de conocer las obras más contemporáneas que a día de hoy han conseguido hacerse un hueco en el patrimonio de la región.