Buenos días querido lector,
Hoy escribo probablemente el artículo que más ganas tenía de hacer. Y creo que el primero que supe que haría al saber que sería corresponsal. Este es el último capitulo de la colección Paseando por Ciudades Flamencas. Y por supuesto, el lugar es mi ciudad favorita, Gante.
Gante es una de las ciudades más visitadas, junto a Brujas y Bruselas. Pero hay mucha gente que decide alojarse en la capital y visitar las otras en un mismo día. Error. Si solo piensas ir a los sitios icónicos a sacarte dos fotos, entonces siento decirte que estás desperdiciando tu viaje. Quizá no sean ciudades tan grandes, pero son lugares maravillosos.
¿Qué visitar en Gante? Si te gusta el arte, y en concreto la pintura, entonces visitar el museo de bellas artes MSK es una gran opción para ti. Sin embargo, la parada obligatoria es el Tríptico a la Adoración del Cordero Místico de Van Eyck. Este se encuentra en la Catedral de San Bavón y tienes que reservar las entradas con antelación por Internet.
Si en cambio lo que te emociona es la música. La Iglesia de San Nicolás te ofrece un concierto de Bach el tercer día de cada mes a las 5 pm. Y yo personalmente opino que no hay mejor sala de conciertos que una iglesia. No por solo la acústica, sino por la grandiosa escenografía que lo rodea.
Otras muchas paradas de la visita serán para admirar el exterior de algún edificio o la maravillosa vista que se ofrece de la ciudad. En primer lugar, y quizá el más conocido, es Graslei. La clásica foto de Gante con todas las casas antiguas de arquitectura gótica flamenca y su reflejo en el canal. Desde allí puedes intentar descubrir la fachada del antiguo gremio de pescadores. Deberás tener los ojos muy abiertos y buscar la imagen de un barco.
Pero si hay un edificio que te va a llamar la atención, ese es la antigua oficina de correos de la ciudad, reconvertida en un hotel de lujo. Una de las fachadas más impresionante que encontrarás de este estilo arquitectónico.
Cuando necesites descansar y reponer fuerzas, yo te recomiendo que vayas a un sitio muy típico belga y muy icónico en la ciudad. El restaurante se llama Amadeus y su plato principal son costillas. Lo normal es que pidas “a volonté” que viene a ser comer tantas como puedas por el mismo precio. Yo he llevado a alguna visita, y prometo que no falla.
Por último, me parece indispensable parar en De Dulle Griet (que por cierto, también es el nombre de un cuadro de Pieter Brueghel el Viejo). Una taberna donde tienen más de 200 cervezas distintas. Pero si hay algo que la diferencia del resto es que tienen una cerveza especial que te supone un reto beberla. Si la pides, el camarero te pedirá que te quites un zapato y lo meterá en una cesta que cuelga bien alto del techo. Solo si te terminas tu cerveza recuperas el zapato. Si no, volverás a casa como cenicienta y un poco bebido de más.
Dulle Griet de Pieter Bruegel el Viejo en el Museo Mayer van den Bergh de Amberes
Este vaso tiene una forma muy curiosa, y viene con un soporte de madera. Esto es porque antiguamente eran diseñados así para que se sostuvieran en los carruajes. La cerveza no tiene un sabor muy fuerte, y sería una lástima no probarlo. Yo lo hice y pude recuperar mi zapato, así que anímate y hazlo tú también.
Celia.
Mi nombre es Celia, tengo 21 años y soy de Guardamar del Segura, un pueblo de la costa de Alicante. Este primer semestre lo pasaré en la ciudad flamenca de Lovaina, estudiando mi último año de Ingeniería Mecánica en la prestigiosa universidad KU Leuven.
El tema sobre el que se centrarán mis artículos es el arte. ¡Pero no quiero que por eso pienses que solo voy a hablar de museos! Hablaré de pintura, música y arquitectura, si… Pero también de los maestros chocolateros, de la moda, la cerveza y de todo el arte que se puede descubrir por la calle sin necesidad de hacerse con una entrada de museo. Es por eso que te animo a que me des una oportunidad y te dejes caer por alguno de mis posts, todos los lunes, miércoles y viernes.