Querido lector.
Hoy le cedo el protagonismo de este artículo a una persona muy especial que he conocido en mi Erasmus, mi nueva amiga Ana. Así podrás conocer la experiencia de otra persona que también ha vivido en Flandes durante 5 meses.
¿Por qué elegiste Lovaina como destino?
Tuve muchas razones para elegir Lovaina como destino. La primera es que sabía que es una ciudad universitaria por excelencia, lo que iba a enriquecer aún más mi experiencia. Sabía que aquí conocería a muchos estudiantes y siempre habría planes que hacer. Además, también hay muchos erasmus en este destino, lo que es perfecto para conocer a gente de todas las partes del mundo.
Otra idea que tenía a la hora de elegir esta ciudad es que estando muy bien ubicada en el mapa podría conocer mil sitios, y efectivamente así ha sido. Lovaina está muy bien comunicada con todas las ciudades de Bélgica, muy cerca de Bruselas, que es una ciudad super acogedora y con un montón de planes que hacer. Además, es fácil y barato viajar en avión al resto de Europa: en los tres primeros meses he viajado a París, a Ámsterdam, a Viena y a La Rochelle y tenido la oportunidad de conocer las ciudades belgas más importantes. Por último, también me parece una ventaja que en el país se hable tanto francés como neerlandés, dos idiomas que quería aprender y mejorar durante este año.
Si pudieras volver a elegir ciudad, ¿repetirías?
Sin duda, ya que es una ciudad que ofrece la oportunidad de vivir una experiencia erasmus completa, muy segura y, al ser pequeña, es fácil y rápido ir de un sitio a otro. Lovaina también tiene muchas cosas particulares que la hacen única. Por ejemplo, la costumbre de montar en bicicleta, de comer gofres por la calle, de vivir en kots con estudiantes belgas y hacer planes con internacionales hacen de la experiencia toda una inmersión cultural.
¿Qué es lo que más te ha gustado del país? ¿Y lo que menos?
Bélgica me resulta un país super acogedor y debido a que es pequeño puede conocerse su cultura al completo y visitar todos los rincones. Además, siempre huele a gofres por la calle. De Lovaina en concreto lo que más me gusta es que parece un campus universitario gigante, por las calles siempre hay estudiantes con sus mochilas y la ciudad en sí tiene un encanto especial, con edificios preciosos y muchos restaurantes y tiendas. Por el contrario, no hay nada que me haya chocado especialmente, aunque al principio sí se hace duro adaptarse al frío y a los pocos días de sol. Eso sí, cuando hace buen tiempo, se está en la gloria.
¿Cuáles son las diferencias entre España y Bélgica que más te han llamado la atención?
A mi parecer, Bélgica no difiere tanto de España como pueden hacerlo otros países más lejanos. Sin embargo, es cierto que los horarios y la rutina cambian un poco entre un país y otro. Por ejemplo, aquí los estudiantes salen durante la semana y estudian los fines de semana, lo que en España ocurre al contrario. En Bélgica también noto que la gente en general es más estricta para todo, mientras que en España somos más relajados y nos tomamos las cosas con más calma. Otra cosa que me llamó la atención es la cultura de los kots y el hecho de que la mayoría de los estudiantes, aunque sus familias vivan en la misma ciudad en la que se encuentre la universidad, viven en kots para aprender a organizarse de manera autónoma e independiente.
¿Qué te parece la universidad aquí? ¿Más difícil?
Antes de venir, todo el mundo me decía que la universidad de Lovaina era muy complicada, y al llegar aquí y hablar con mis compañeros belgas, también compartían esa opinión, pero a mí la verdad es que no me lo parece. Es cierto que mi universidad en España es muy difícil, por lo que estoy acostumbrada a un alto ritmo de esfuerzo. Sin embargo, aquí las asignaturas me parecen más interesantes y amenas, por lo que el estudio no se hace tan cuesta arriba. Ahora cuando estudio me motiva saber que estoy aprendiendo de verdad y cosas que me servirán para el futuro.
Además, si el idioma, ya sea inglés, francés u holandés, no es una barrera, es entretenido asistir a clase, leer los contenidos y estudiar porque se aprende y practica mucho. Por ejemplo yo, al darme cuenta de que soy capaz de entender a la perfección a los profesores, de redactar un trabajo o de hacer un examen en otro idioma, me he sentido muy realizada y satisfecha.
¿Qué consideras indispensable traer a Bélgica de erasmus?
La respuesta a esta pregunta es muy fácil: ¡ropa de abrigo!. Aquí el invierno es sin duda mucho más duro y largo que en España. Recuerdo que en octubre ya parecía nuestro diciembre y ahora en enero salir a la calle sin guantes y gorro es una locura. También he echado de menos a veces la comida española y aquí es difícil encontrarla o es bastante cara, al menos en Lovaina, así que si hay algo especial de casa sin lo que no se pueda vivir, hay que traerlo.
¿Recomiendas esta experiencia? ¿Algún consejo?
Mil veces sí. Es una experiencia que ya, sin siquiera haber acabado, puedo decir que me ha enseñado muchas cosas. Incluso cuando volví unos días a España en navidad, el choque me hizo darme cuenta de que, personalmente, he crecido muchísimo. Para empezar, ahora soy mucho más independiente, sé administrarme mejor, arreglármelas sola en el extranjero, tratar con personas muy distintas… Vivir una nueva cultura, que podrían ser mil por los amigos internacionales que he hecho, me ha hecho darme cuenta de que el mundo es mucho más grande de lo que creía y de que aún me quedan mil cosas por descubrir. Además, por primera vez en mi vida, he echado de menos de verdad, y he aprendido a valorar muchas cosas a las que antes prestaba poca importancia.
Mi consejo es que hay que venir mentalizado para amortiguar un poco el cambio. Si no se viene con ganas, al principio es muy duro. También creo que es esencial hacer muchos planes para conocer a mucha gente, porque, al final, el resultado de la experiencia depende mucho de las personas con quienes se comparta. Esta es además la oportunidad perfecta para hacer amistades de todo el mundo, que acabarán convirtiéndose en familia. De hecho, mi recuerdo favorito de estos meses atrás son las cenas compartidas con italianos, libaneses, belgas e incluso gente de mi misma ciudad. Todos reunidos en una pequeña ciudad del centro de Europa, hablando en distintos idiomas y divirtiéndonos tanto como si nos conociéramos de toda la vida. Sin duda, al final del curso acabaré afirmando que esta ha sido la experiencia más increíble de mi vida.
Mi nombre es Celia, tengo 21 años y soy de Guardamar del Segura, un pueblo de la costa de Alicante. Este primer semestre lo pasaré en la ciudad flamenca de Lovaina, estudiando mi último año de Ingeniería Mecánica en la prestigiosa universidad KU Leuven.
El tema sobre el que se centrarán mis artículos es el arte. ¡Pero no quiero que por eso pienses que solo voy a hablar de museos! Hablaré de pintura, música y arquitectura, si… Pero también de los maestros chocolateros, de la moda, la cerveza y de todo el arte que se puede descubrir por la calle sin necesidad de hacerse con una entrada de museo. Es por eso que te animo a que me des una oportunidad y te dejes caer por alguno de mis posts, todos los lunes, miércoles y viernes.