¡Buenas! Muchos de vosotros os preguntaréis sobre qué os voy a hablar hoy, pues una manera diferente e innovadora de salir a bailar. Ecstatic Dance es un término bastante reciente y quizá algunos no hayáis oído hablar de él; sin embargo, puede ser que lo hayáis visto por Instagram o TikTok. Al contrario de lo que da a interpretar el nombre, estos bailes no son nada estáticos, sino más bien extáticos.
Se suelen asociar a movimientos más hippies y alternativos, pero lo puede disfrutar cualquiera. En este tipo de danza, no se siguen pasos concretos ni coreografiados. Abandonas tus pensamientos y te dejas llevar por el ritmo, moviendo libremente mientras entras en un trance de éxtasis. Así pues, el principal objetivo es experimentar, en diferentes grados, una meditación y conexión con los demás, ayudando a reducir los niveles de estrés y aumentar la serenidad.
Y es que este tipo de arte se lleva practicando desde hace ya siglos. Ménades, Dionisios y chamanes bailaban al ritmo de los tambores a modo de práctica espiritual. Y aunque siempre ha habido opiniones contrastadas al respecto, lo que podemos determinar, es que no se puede juzgar sin antes haberlo probado.
AMBERES
Este es uno de los centros para practicar este tipo de actividad. Se concentran un montón de DJs que te harán conectar con el más allá. Zaal Den Wolschaerder es una especie de centro cultural donde podrás realizar los ecstatic dances. Acuden diferentes artistas, cada uno con su estilo particular. Las sesiones duran alrededor de 3 horas y la entrada tiene un precio de 22,17€. Puede parecer algo caro para la economía de estudiante, es por eso que también hay alternativas más baratas en otros lugares de Flandes.
Os enlazo también un calendario en donde podréis encontrar otros eventos, con diferentes precios y localizaciones que puede, sean más cercanas a donde estáis residiendo. No obstante, hay tres normas centrales en todos los casos: sin zapatos, sin alcohol, sin charla. El concepto de ecstatic dance se origina en Hawái y ha crecido rápidamente alrededor del mundo, con la premisa de ser fieles a uno mismo y conectar mediante los pies a la tierra, comunicando con el cuerpo como canal.
En resumen, si te gusta realizar actividades que te saquen de la rutina o te ayuden a reducir la tensión que puede producir la universidad, le tienes que dar una oportunidad a este tipo de baile. Al fin y al cabo, no se necesita ningún tipo de experiencia previa… Espero que os haya interesado, si no también podéis relajaros por Amberes visitando el KMSKA del cual os habla mi compañera Yolanda. ¡Nos vemos en futuras entradas!
Albert Ruiz
Me llamo Albert Ruiz Viñas y soy de un pueblo a las afueras de Barcelona, Sant Esteve Sesrovires, quizá a algunos os sonará por ser el sitio donde creció y vivió Rosalía, una de las cantantes españolas con más proyección internacional actualmente.
Tengo 22 años y estoy en el cuarto año de carrera, estudio Comunicación Audiovisual en la Universidad Autónoma de Barcelona, de ahí mi afán por el tema sobre el que os hablaré. Si bien mi carrera es muy abierta y polivalente, uno de los pilares que la sustenta es la radio y, por ende: la música.
En mi caso os escribo desde Leuven, que por quien no lo sepa, es una pequeña ciudad estudiantil al lado de Bruselas. Estos primeros días han sido bastante frenéticos, no nos vamos a mentir, pero tengo que decir que la sensación de poder vivir esta experiencia Erasmus te llena de energía para afrontar cualquier reto. Durante el curso estaré estudiando comunicación en la KU Leuven, aunque seguramente acabe haciendo asignaturas un poco más alejadas de mi área de estudio, creo me ayudarán a crecer en el ámbito educativo.