¡Hola a todos y a todas!
Pocas atracciones hay más famosas en Bruselas que las Galerías Reales Saint-Hubert. Se trata de uno de los indispensables cuando visitamos la capital europea, con miles y miles de turistas visitándola cada día para hacerse la típica foto y tener un bonito recuerdo de su paso por la ciudad. Sin embargo, este monumento bruselense es muchísimo más que un fondo para la foto turística que todo el mundo se hace, sino que es un magnífico símbolo de la ciudad, de su desarrollo a lo largo de los años, y de lo que representa en el ámbito mundial. En conmemoración de su 175 aniversario, hoy hacemos un amplio análisis a fondo de las Galerías Reales Saint Hubert. ¡Vamos a ello!
Un poco de historia
La idea de construir las Galerías Reales Saint-Hubert nace de la mano del banquero Jean André De Mot, que confió en el joven arquitecto Jean-Pierre Cluysenaar para el diseño del proyecto. Las Galerías fueron inauguradas en el año 1847. La idea principal era seguir la tendencia europea que ya se había dejado ver en otras grandes capitales como París o Londres de construir unas galerías con techo de cristal en el que las altas esferas pudieran tener todos los lujos al alcance de su mano.
A partir de ese momento, las Galerías se convirtieron en el centro comercial y social de Bruselas. Absolutamente todos los burgueses querían estar allí, era el lugar donde la gente se dejaba ver, donde se aparentaba y donde se desarrollaba ese juego entre ricos ajeno al pueblo llano. Con el paso del tiempo, las Galerías se convirtieron en algo para todo el mundo. El desarrollo de Bruselas en el último siglo, en el que la urbe se ha forjado como la capital europea, una ciudad cosmopolita donde las haya, ha hecho de las Galerías un emblema de todos, y una atracción turística imperdible a la hora de visitar la ciudad del Atomium.
Las Galerías Reales fueron declaradas monumento histórico en 1986, y en 1995 comenzó una labor de restauración completa del monumento que se sigue llevando a cabo a día de hoy. Hablamos de un patrimonio que, al basarse en un material tan frágil como el cristal, debe ser cuidado minuciosamente. Las Galerías Saint-Hubert pertenecen a la asociación de galerías europeas, que lucha por la conservación de todas esas galerías comerciales que encontramos a lo largo del continente, así como por su reconocimiento (entre ellos, luchan por ser reconocidas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO).
El arte en las Galerías
No hay persona que no se quede sorprendida cuando entre en este espacio por primera vez (y creedme, he llevado a bastantes). El arte es algo que va de la mano con este monumento. Mientras que la estructura de cristal (llamada “paraguas de Bruselas”) está inspirada en el estilo renacentista, el interior sigue claramente las directrices del neoclasicismo, combinando figuras, materiales y colores, tales como el azul del suelo, con el blanco del mármol de las paredes.
Sin embargo, el arte va más allá de lo que alcanza la vista. Dentro de las Galerías encontramos un cine y dos teatros (el Teatro Real de las Galerías y el Teatro de Vaudeville), que hacen de este lugar un centro cultural muy importante para la ciudad.
Pelis, artistas, acontecimientos… La exposición de las Galerías
En conmemoración por el aniversario, dentro del cine se ha organizado una exposición que habla del desarrollo de las Galerías a lo largo de la historia. Viendo la exposición, te das cuenta del caché que este monumento tiene.
Entre las películas que han sido grabadas en este lugar, encontramos La chica danesa (2015), con un premio Óscar en su haber, La importancia de llamarse Oscar Wilde (2018), con actores de la talla de Colin Firth, o El último testigo (2012).
Además, encontramos grandes artistas que se han inspirado en las Galerías, o que han utilizado los diversos teatros de las Galerías para dar a conocer sus obras. Entre ellos, encontramos a poetas como Paul Verlaine o Charles Baudelaire, así como la comediante belga Christiane Lenain.
Es destacable también La Taverne du Passage, una antigua taberna situada en las Galerías y en las que se unieron diversos intelectuales del nivel de Victor Hugo, Alexandre Dumas o Réné Magritte.
Diversos son los eventos que se llevan a cabo a lo largo del año en las Galerías. Sin embargo, quizás uno de los mayores acontecimientos de los que este monumento ha sido testigo en su historia ocurrió en 2019. Bruselas es la capital del país ciclista por excelencia, y todo tembló cuando en este año, la competición ciclista más importante del mundo, el Tour de Francia, tuvo comienzo en las Galerías Reales Saint-Hubert, en homenaje al mejor ciclista de todos los tiempos, el flamenco Eddy Merckx.
Vivir y trabajar en las Galerías
Actualmente, en las Galerías encontramos comercios de todo tipo, desde tiendas que buscan llamar la atención de turistas, hasta vetustas tiendas de lujo, que mantienen la esencia original de las Galerías. Entre ellas, destacamos dos: la guantería italiana, fundada en 1890, y que, tras cuatro generaciones, sigue prestando sus servicios a la ciudad de Bruselas; y la Manufacture Belge de dentelles, presente en las Galerías desde su inauguración.
Además, aunque resulte raro, también podemos encontrar viviendas en las Galerías. Existen alrededor de 70 apartamentos en este lujoso espacio, los cuales proporcionan un gran estatus a sus habitantes. 16 de ellos han sido recientemente remodelados de la mano de los arquitectos de Archi 2000, dando lugar a una mezcla de modernidad y lujo muy peculiar.
Con la exposición, las Galerías hacen gala de sus 175 años de la mejor manera posible, mostrando al mundo lo importantes que son y el hueco que tienen en el corazón de los bruselenses. Se encuentra abierta al público todos los días de dos a ocho de la tarde. Además, en la página oficial de las Galerías, podemos encontrar los diferentes eventos que se llevarán a cabo próximamente, tanto en el cine, como en los teatros. Así que ya sabéis, ¡no olvidéis pasar a felicitar a este bonito monumento en vuestra visita a Bruselas!
¡Nos vamos viendo!
Jose
¡Qué ilusión me hace estar escribiendo por fin estas palabras! A partir de este mes de febrero empiezo como corresponsal de Erasmus en Flandes y tengo muchas ganas de enseñaros mi trabajo. Recoger el testigo de Yolanda en cuanto al tema de Patrimonio es todo un honor.
Antes de nada, me presento. Me llamo José Manuel Ortega y tengo 20 años. Nací en Granada, pero he vivido toda mi vida en La Línea de la Concepción, un pueblo de Cádiz. Estudio Traducción e Interpretación en la Universidad de Granada y, actualmente, estoy realizando un intercambio Erasmus en Bruselas de curso completo.