A tan solo unos 10 kilómetros de Hasselt, encontramos un pueblecito flamenco muy pintoresco y que, con tan solo 18.000 habitantes, ha conseguido que su nombre dé la vuelta al mundo y que haya gente que lo conozca al otro lado del globo. Hoy damos un paseo por el pueblo de Zolder.
Zolder es una sub-municipio, es decir, esta unido al pueblo de Heusden para formar juntos el municipio de Heusden-Zolder. Esta fusión se llevó a cabo en el año 1977, aunque existía desde mucho tiempo atrás. Para ver los primeros registros del pueblo de Zolder tenemos que remontarnos al siglo XII.
El municipio se desarrolló como un pequeño pueblo agrícola durante varios siglos, hasta el siglo XIX, cuando todo cambió. Alrededor del municipio podemos encontrar varias pequeñas aldeas, todas pertenecientes al núcleo principal. Estas cambian para siempre cuando a finales del siglo XIX se encuentra carbón en toda la zona de Limburgo, provincia a la que pertenece el pueblo. Se empieza a cavar, entonces, una mina de carbón que atrae a mucha gente en busca de trabajo y causa la creación de varios barrios residenciales.
Este cambio dio más valor a la ciudad. Hasta el punto que, en la década de los 60, el ayuntamiento se lanzase a un proyecto muy ambicioso. En 1963 se inaugura el circuito de carreras de Zolder. Con el paso del tiempo, este iría ganando importancia, hasta el punto de que, a partir del año 1973, sería elegido por la Fórmula 1 como sede del Gran Premio de Bélgica. Durante una semana al año, este pueblecito flamenco se convertía en la capital mundial del automovilismo. Lo seguiría siendo hasta 1985.
Sin embargo, el circuito no dejó un buen recuerdo para los fans de este deporte, ya que el evento más sonado que tuvo lugar en la pista fue el accidente mortal del canadiense Gilles Villeneuve, uno de los mejores pilotos de la historia. Actualmente el circuito acoge pruebas menores, como las 24 horas de Zolder o la Copa del Mundo de Turismos.
Otras atracciones del pueblo son la iglesia de Sint-Hubertus en Vincentiusk, del siglo XIV, así como el castillo de Vogelsanck. Se trata, pues, de un pueblo de la Flandes profunda en el que poder perderse, indispensable si eres un amante del mundo del motor. Podéis encontrar más información aquí y aquí.
¡Nos vamos viendo!
Jose
¡Qué ilusión me hace estar escribiendo por fin estas palabras! A partir de este mes de febrero empiezo como corresponsal de Erasmus en Flandes y tengo muchas ganas de enseñaros mi trabajo. Recoger el testigo de Yolanda en cuanto al tema de Patrimonio es todo un honor.
Antes de nada, me presento. Me llamo José Manuel Ortega y tengo 20 años. Nací en Granada, pero he vivido toda mi vida en La Línea de la Concepción, un pueblo de Cádiz. Estudio Traducción e Interpretación en la Universidad de Granada y, actualmente, estoy realizando un intercambio Erasmus en Bruselas de curso completo.