¡Hola lectores!
En el post de hoy os voy a hablar sobre una joya medieval en el corazón de la ciudad de Gante: el Prinsenhof. El barrio se extiende desde Rabot hasta Gravensteen, con Lieve como frontera este natural y Burgstraat y Rabotstraat como fronteras sur y oeste.
En el siglo XIV, Gravensteen ya no era adecuado como residencia para el Conde de Flandes. Lodewijk van Male se mudó a una mansión en esta zona: el ‘Hof ten Walle‘. Fue allí donde nació Carlos V en 1500. Después del trágico evento, el Prinsenhof, como se le empezó a llamar, abarcaba aproximadamente 2 hectáreas y estaba completamente rodeado por murallas. Este amplio patio amurallado contaba con más de 300 habitaciones y albergaba incluso un zoológico y un jardín de recreo.
A lo largo del siglo XVII, la residencia empezó a deteriorarse y, finalmente, fue vendida. A finales del siglo XVIII, el Prinsenhof sufrió un destino similar al del Gravensteen: sobre sus ruinas se estableció una refinería de azúcar y una fábrica de jabón, y posteriormente se construyó una fábrica de algodón a vapor. Casi nada queda del dominio original: el barrio fue absorbido gradualmente por la ciudad y ahora sirve como área residencial.
La única estructura que sobrevivió del Prinsenhof es la llamada «Puerta Oscura«, así nombrada debido a la contaminación causada por las fábricas. Sin embargo, esto no significa que debas pasar por alto esta zona, ya que, con sus estrechas calles medievales rodeadas de agua, el distrito es una de las joyas ocultas de la ciudad.
En particular, el primer fin de semana de septiembre tiene lugar el Prinsenhoffeesten, un evento que incluye el mercado de pulgas más grande de Gante. Esta celebración brinda la oportunidad de explorar la zona y sumergirse en su encanto histórico mientras disfrutas de las actividades y los tesoros que se ofrecen en el mercado.
¡Vale la pena desviarse de la zona más turística de la ciudad para pasear por este barrio!
¡Nos leemos pronto!
Blanca