¡Descifrar los horarios en un nuevo lugar puede ser todo un desafío! Durante el proceso de adaptación, uno se encontrará con una peculiar forma de organización del tiempo.
Por las mañanas, es recomendable despertarse temprano para evitar confusiones. Si te levantas tarde, te enfrentarás a una encrucijada entre desayunar o directamente prepararte un plato de espaguetis. Sí, aquí el desayuno puede mezclarse con el almuerzo, lo cual puede resultar confuso al inicio. Los cereales y la pasta se convierten en opciones igualmente válidas para nutrirte en las mañanas. Es curioso cómo estos alimentos han alimentado a estudiantes, adaptándose a cualquier hora del día.
El almuerzo es una experiencia completamente distinta. Aquí se come sobre las 12:00 del mediodía. Los comedores universitarios abren en ese horario, y debes acostumbrarte a ello. Durante períodos de exámenes, cuando el tiempo es un recurso escaso, la opción de cocinar puede quedar en un segundo plano. Así que, acostúmbrate a disfrutar del almuerzo a mediodía, pero ten en cuenta que si te despiertas a las 11:00, te encontrarás enfrentando una pregunta existencial: «¿Desayuno ahora o espero hasta el almuerzo? ¿Puedo aguantar el hambre hasta el mediodía?». No te preocupes, con el tiempo encontrarás la respuesta y superarás este dilema.
La cena se sirve sobre las 18:00. Sin embargo, no te sorprendas si ves a algún amigo alemán cenando a las 17:00, ya que cada cultura tiene sus propias costumbres alimentarias. Las diferencias entre los horarios de los españoles y los locales darán lugar a divertidas conversaciones. Descubrirás que algunos tienen una segunda cena más tarde, para llenar el vacío entre las 18:00 y el desayuno del día siguiente. Cuando se trata de comida, no hay necesidad de escatimar.
La adaptación a estos horarios puede ser lenta y al principio te parecerá extraño, pero no te preocupes, ¡lograrás acostumbrarte! La transición entre los horarios españoles y belgas puede convertir tus horarios en un caos completo. Te encontrarás en un constante estado de duda sobre si estás desayunando, merendando o cenando. Pero, con el tiempo, aprenderás a fluir y a disfrutar de los distintos momentos del día sin importar la etiqueta de la comida que estés ingiriendo.
Estoy realizando mi segundo año de máster en Bruselas, la capital de Bélgica y de Europa. Llegué aquí en septiembre y ya he podido conocer lo que es vivir en Bélgica, pero aún me queda mucho camino por recorrer. Vengo de Madrid, donde curso el máster de Ingeniería Industrial en la UPM y aquí estoy realizando el máster de Electromechanical Engineering con la especialidad de energía en la ULB/VUB.
En cuanto a mi vida fuera de los estudios, muchas veces me cuesta abarcar todas las cosas que me gustan, porque no son pocas. El deporte siempre ha sido un pilar en mi vida y aquí intento mantenerlo, e incluso probar cosas nuevas). Desde pequeño juego al baloncesto y, en menor medida, también practico pádel, vóley, ping pong y voy al gimnasio. Además, intento tener una vida social activa, aunque la carrera de ingeniería puede llegar a quitar mucho tiempo. Por otro lado, una de mis mayores aficiones es visitar culturas y países nuevos, algo que obviamente impulsó mi interés por realizar esta experiencia erasmus.