¡Hola a todos!
Hoy quiero compartir con vosotros la curiosa historia detrás de la pequeña fuente que se encuentra en la plaza de la Iglesia de San Nicolás en Bruselas.
Antes de entrar en detalles sobre la fuente, debemos ubicar la plaza donde se encuentran la iglesia y la fuente.
Como podéis ver en esta captura de pantalla, la Iglesia de San Nicolás se encuentra en una posición estratégica entre la Bolsa de Bruselas y la Grand Place, por lo que si visitáis la capital belga, seguramente paséis por delante de ella.
Iglesia de San Nicolás
La Iglesia de San Nicolás fue construida en el siglo XII, alrededor del año 1125. Esto la convierte en una de las cuatro primeras iglesias de Bruselas.El nombre de esta iglesia no es casual, puesto que San Nicolás es el patrón de los comerciantes, y como sabréis, la Gran Place era un lugar clave para el comercio durante la Edad Media. En el siglo XIV, una tormenta destruyó la torre, por lo que esta fue reconstruida en estilo gótico. Tristemente, esa no fue la única ocasión en la que la torre fue destruida, ya que en el siglo XVII las tropas francesas arrasaron el centro de Bruselas y la iglesia tuvo que ser totalmente restaurada, pero la torre se derrumbó en 1714. Siglos más tarde, en los años 50 del siglo pasado, se reconstruyó la fachada por completo.
Respecto al horario, la iglesia abre sus puertas al público de lunes a viernes de 10 a 18 horas y de 9 a 18 horas los sábados y domingos.
Fuente
En la misma plaza en la que se halla la iglesia, también podemos encontrar una pequeña fuente de agua potable. Esta fuente pasa desapercibida para la mayoría de los miles de transeuntes y turistas que pasan a su lado cada día, sin embargo, la historia que hay detrás de ellas es muy interesante. A principios de los años 80, la ciudad de Bruselas decidió crear un proyecto de renovación urbana a través del cual se crearían varias fuentes pequeñas ubicadas en lugares donde había otras fuentes o abrevaderos en el siglo XIX, cuando el agua potable acababa de llegar a Bruselas.
Estas fuentes fueron diseñadas por Jos de Decker y Jean Roig y todas tienen en común que representan cuadros pintados por Brueghel el Viejo. En el caso de la protagonista de esta entrada, esta representa el cuadro «La parábola de los ciegos», que fue pintado en 1568 y se exhibe en el Museo Nacional de Capodimonte, en Nápoles. Este cuadro hace alusión a una frase de Jesucristo escrita en el Evangelio de San Mateo: «Dejadlos, pues son ciegos que guían a otros ciegos; y si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo. Como dato curioso, a pesar de que el cuadro original representa a seis personas ciegas, la fuente de Jos de Decker solo incluye a tres, que son el tercer, cuarto y quinto hombre que aparecen en el cuadro.
A pesar de que esta fuente es bastante pequeña y puede pasar desapercibida, me parece que la historia y el proyecto que hay detrás de ella es muy interesante. Esta es una muestra de que los pequeños detalles de las ciudades esconden grandes historias.
Espero que os haya resultado interesante la información sobre la iglesia y sobre la fuente y que os fijéis en ellas cuando vayáis a Bruselas.
¡Nos vemos en la próxima entrada!
¡Hola! Soy Amanda Escanciano, tengo 21 años y estudio Protocolo, Organización de Eventos y Comunicación Corporativa en la Universidad Rey Juan Carlos (Madrid). Durante el primer cuatrimestre de el curso 2024-25 realizaré un Erasmus en Arteveldehogeschool en Gante y seré la corresponsal de Patrimonio del blog. Mis hobbies son viajar y el arte.