Llegamos a la cuarta y última parte de la serie de posts “Magritte en profundidad”. En ellos, he procurado ahondar en concreto en el uso de temas repetidos en la obra de Magritte, que el pintor utiliza para dotar de significado simbólico y para reflexionar sobre temas meta artísticos relacionados con la dicotomía presente entre la esencia y la representación. Como podréis imaginar, soy una entusiasta del artista y de su acercamiento conceptual al surrealismo. He disfrutado mucho haciendo esta serie y espero que vosotros también. Os invito a leer el resto de las partes, en las que hablo del uso de texto, de la inversión fondo-figura y del mimetismo. El tema de hoy es el cuadro y la ventana.
El cuadro dentro de un cuadro es un tema muy tratado en la historia del arte. El mismo Velázquez ha despertado dudas y sospechas en meta representaciones dentro de sus cuadros, que no hacen dudar si el artista está representado cuadros dentro de cuadros, reflejando perspectivas ocultas con espejos o abriendo ventanas al exterior. Magritte disfruta de esta ambigüedad, por ello juega con ella magnificándola y convirtiéndola en el propósito mismo del cuadro.
El pintor juega con esta ambigüedad que dialoga con el espectador de dos formas principales. La primera se trata de convertir todo el cuadro en una especie de ventana al otro lado. Hacer del marco de la pintura los límites de la ventana y convertir al espectador en una especie de voyeur que mira por ella. La otra variante es más parecida a la idea propuesta por Velázquez. En estos cuadros, Magritte pinta el dibujo de un lienzo sobre un caballete delante de un paisaje. El lienzo del cuadro está en sí mismo pintado de forma tan semejante al paisaje que representa, que se mimetizan por completo desdibujando las líneas que los separan.
Espero que hayáis disfrutado de esta serie de posts, y que ahora sepáis un poco más sobre el arte de Magritte. Para aquellos que se hayan quedado con sabor a poco: no os preocupéis. Podéis disfrutar de sus cuadros y de información más extensa en el Museo Magritte de Bruselas.