Como broche final a mi tarea como corresponsal de arte, quería hablar de uno de mis cuadros favoritos en toda mi estancia en Bélgica. Se trata de «The Beautiful Anthia Leading her Compasiones to the Temple of Diana in Ephesus». ¿Y qué es lo que me gusta tanto de este cuadro? Puede que sean sus monumentales dimensiones o puede que sea su representación del mito griego, que siempre ha sido un tema que me ha entusiasmado.
Joseph Paelinck representa un episodio del antiguo relato de Antía y Habrocomes. Durante un desfile en el templo de Diana en Éfeso, el orgulloso guerrero Habrocomes conoce a la hermosa Antía. Eros, molesto por su indiferencia al amor, lo hace enamorarse perdidamente de ella. Tras casarse, la pareja enfrenta numerosas desgracias: son secuestrados por piratas, vendidos como esclavos y separados. Sin embargo, después de muchas pruebas y obstáculos, su amor los ayuda a reunirse y superar todas las adversidades.
La historia encaja perfectamente con los valores morales de la burguesía del siglo XIX. La composición equilibrada y el detallado trabajo hacen de esta pintura un gran ejemplo del ideal clásico. Las texturas vaporosas del fondo y el movimiento de las telas del séquito de Antía hacen del cuadro una representación muy harmónica y llena de vida dentro de su cierto hieratismo.
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