Cuando observamos el urbanismo de una ciudad antigua, es frecuente que una característica sea su asentamiento junto a un río, motor de su progreso y camino principal para acceder a ella. Así pasaba con Amberes y el río Escalda, que en su estuario regalaba a la ciudad una de sus puertas de entrada, su antiguo puerto. Amberes no se entiende sin esta puerta que la hizo una ciudad prospera y cosmopolita, destacada en la Europa de la Edad Moderna.
Pero hay otro camino que ayuda a configurar la ciudad en tiempos más recientes y que llega a otra puerta impresionante, la Estación del ferrocarril. Cuando llegamos a Amberes en tren, su soberbia estación nos habla ya de la ciudad, de lo que ha sido y de lo que es. La Estación Central asombra por el trabajo de ingeniería y arquitectura, que la configura y la eleva como símbolo de una época.
Como tal, y junto con el zoo, aparece iniciando un precioso libro, Austerlitz, la última obra de Sebald. Cuenta cómo nació unida a la expansión colonial belga por deseo del rey Leopoldo, inaugurada en 1905, tras un periodo de diez años de construcción, concebida por Louis Delacenserie a modo de Panteón de los nuevos dioses, “la Minería, la Industria, el Transporte, el Comercio y el Capital”. Y así va describiendo los distintos símbolos que conforman la salle des pas- perdus, culminando en el símbolo del tiempo, el reloj. Amberes, con su zoo, su Estación Central, su río Escalda, inaugura un viaje a través de la vieja Europa, de manos de las palabras fotográficas de este autor imprescindible.
Me llamo José Pablo Tirado, soy de un pequeño pueblo de Jaén, Mancha Real, y en estos momentos, mi ERASMUS ha llegado a su fin. Hablo concretamente de mi erasmus académico, porque el sentimiento de esta experiencia te acompaña toda la vida. Sin embargo, no todavía me despido de esta ciudad, mi ciudad, Bruselas.
Hace aproximadamente un año opté por intentar involucrarme en este proyecto: ErasmusEnFlandes. Tras un tiempo, me comunicaron que había sido seleccionado para ser corresponsal durante los meses de verano (Julio y Agosto), junto con mi compañera, Lucía. Al principio, uno no sabe que pensar. Las dudas, el idioma, la residencia, los estudios, las convalidaciones, el miedo a volar, el miedo a cambiar… Un sinfín de cosas que hacen a uno estremecerse. ¡Para añadir encima otra «tarea» más! ¡Ya no sabes que pensar!
Calma. Respira. Mira todo lo que has superado, mira todo lo que has conseguido. Da un paso hacia delante y salta. Salta hacia esta experiencia.
Tras un año de experiencias mágicas, el verano llega. Es entonces cuando mi papel en ErasmusEnFlandes comienza. Hoy publico mi primer post. Durante estos dos meses, iremos juntos de la mano para aprender, valorar, experimentar, sentir y disfrutar de lo que es pasar un verano en esta maravillosa región. A través de este blog podréis seguir en primera persona las actividades y eventos culturales, gastronómicos, deportivos, musicales, etc. Os animo a estar actualizados y seguir el blog periódicamente: si algo tiene la región de Flandes y Bruselas, es la SORPRESA. Solo basta salir a la calle, no importa a qué hora del día, para encontrarse con un escenario cerca de la Bolsa, una actuación en la mismísima Grand Place, o puestos de comida ambulantes (FoodTruck) en el centro de Mont Des Arts.