Primeras impresiones

Suele decirse que las primeras impresiones engañan, pero este no es el caso de Amberes que es  tal y como me la habían descrito: bonita, ordenada y no demasiado grande. A mi llegada esta ciudad  estaba expectante, mirándolo todo y observando cada detalle que me parecía peculiar. Después de todo el día viajando y tirando de no pocos kilos de equipaje, los nervios empezaron justo al llegar: ¿Cómo sería la casa donde me alojo? ¿Cómo serían mis compañeras? ¿Sabría desenvolverme yo sola en la ciudad? Y así hasta un sinfín de preguntas que es imposible contestar en el momento. Poco a poco vas salvando las dificultades y una a una se superan sin problemas.

La casa donde me alojo es preciosa, una antigua casa típica de Amberes restaurada hace poco. Estas casas son estrechas de fachada pero con varias plantas, es decir, crecen en altura pero no llegan a ser grandes  edificios, sino que tienen una escalera que vertebra todas las plantas y en cada una hay estancias diferentes de la casa.  La escalera es de madera y más bien estrecha, la primera vez que las subí me dio un poco de miedo el crujir de las vigas y saber que llevan tantos años ahí puestas, pero ya he podido comprobar que son seguras. Los techos son altos y lo mejor es que todas las estancias tienen grandes ventanales que dan luz natural todo el día.

Una vez asentada en lo que va a ser mi residencia hasta enero, la primera aventura fue ir a comprar comida. Cerca de casa hay varias tiendas locales pero preferí dirigirme al super más cercano para evitar tener que hablar demasiado, eso lo dejaremos para más adelante. Aún así, tardé bastante en hacer la compra, como es normal no encontraba nada y tuve que preguntar varias veces. Con respecto a los productos,  la verdad es que hay de todo, más de los que  imaginaba. Por ejemplo, pude comprar aceite de oliva a buen precio, aceitunas y había jamón serrano y embutidos que yo pensaba que no habría. Me sorprendió mucho la variedad de panes que se venden, hay de todos los tipos y formas que puedas imaginar.

La  peculiaridad de la primera noche fueron los mosquitos. Ya me habían advertido que debido a la humedad aquí hay mosquitos y mi cara y brazos han sido fieles testigos de ello. No me había dado cuenta y había dormido toda la noche con la ventana abierta y claro, así es normal que me picaran. Ya hemos solucionado el problema con mosquitera y repelente de insectos, nada grave.

Por la mañana tomé algo de desayunar y me dirigí a la Universidad de Amberes para inscribirme y personarme en las oficinas. Ya durante el periodo previo a mi llegada, en el cual me han estado informando continuamente por mail, había podido comprobar lo eficientes y ordenados que son en esta ciudad, e imagino que es extensible a la región. En las calles, todo está perfectamente señalizado y limpio. En la facultad, todo está organizado al milímetro, no hay nada que dejar a la improvisación. Fui a tres oficinas diferentes y realicé mi inscripción en la universidad, todo ello en menos de una hora y sin la menor dificultad. Esto es algo del todo sorprendente para mí,  teniendo en cuenta la de colas que he tenido que hacer para cualquier cosa a lo largo de mi vida de estudiante.

Os dejo un vídeo de mi primer paseo por la ciudad.  Todavía no he tenido tiempo de hacer turismo, sólo de ir a la universidad y volver. Estaba lloviznando y hacía un poco de mal tiempo, aún así me encantó el paseo que me dio el tranvía y que mejor manera de enseñarlo que mostrándoos exactamente lo que vi. Al principio puede verse una tienda muy antigua que vende cosas de lo más peculiares y el escaparate es muy bonito.

Deseando contaros más cosas,

MARÍA

Abel Corsino Alarza

¡Hola a todas y todos! Soy Abel Corsino, estudiante de Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad Complutense de Madrid y durante los próximos meses vamos a vivir juntos la maravillosa experiencia de adentrarnos en la cultura flamenca. Pretendo mostrar las fascinantes calles por las que paseaban los maestros flamencos y todo su legado, conquistar vuestro paladar con la gastronomía belga, enseñaros los paisajes más recónditos de Limburgo y que os enamoréis, como yo, de cada rincón de esta región.

Me faltan unos días para comenzar esta aventura. Mi primera parada será la ciudad que me acogerá durante estos cinco meses: Hasselt, en Limburgo. Tengo muchísimo cariño a esta provincia porque será en la que pase el mayor tiempo de mi Erasmus y siento que tiene un millón de sitios que merece la pena explorar, pero no me olvidaré de que Amberes tiene maravillas arquitectónicas y de la gran relación que tiene esta ciudad con el arte.

En cuanto a mí, para que me conozcáis un poco más, os puedo decir que soy muy cinéfilo, me encanta perderme por cualquier sitio y soy adicto al hummus. Lo del hummus parece irrelevante, pero de verdad que no puedo subsistir sin hummus. Si queréis saber cómo empezó todo esto y cómo este servidor os está revelando su adicción al hummus, os dejo mi vídeo candidatura para ser Corresponsal Erasmus. Espero que os guste el vídeo y que estéis tan entusiasmados como yo por descubrir Flandes