La bicicleta es el medio de transporte con el que se suele identificar sin duda a los Países Bajos, y Leuven no es una excepción. Por todas partes, en todas las calles, puedes ver bicicletas de todo tipo, formas y diseños. Unas, la mayoría, las normales para una sola persona, pero también verás muchos tándems, carritos para llevar a los niños delante o detrás o diseños personales y curiosos para este objeto tan valorado por la gente de estos lugares. Estoy segura de que más de un entusiasta de las bicis antiguas haría aquí sus delicias.
Lo primero que debes tener en cuenta si vas con la bici por aquí es que vas a tener preferencia: los coches, los autobuses, cualquier vehículo, va a frenar su velocidad o detenerse del todo para dejarte a ti el paso franco. He visto a autobuses en calles no precisamente anchas invadir completamente el carril contrario para dejar paso a una bicicleta. Y por las calles peatonales viandantes y bicicletas se cruzan sin ningún problema, con cuidado y respeto generalmente, acostumbrados todos a compartir el espacio. Solamente al sorprendido visitante de otros lugares como España, con menos costumbre de ir en bici, se queda algo perplejo al principio cuando ve tal cantidad de bicicletas.
Al ser tan común el uso de bicicletas, la cantidad de ellas es enorme, y te puedes hacer con una de segunda, tercera o más manos, por un precio bastante módico en tiendas especializadas o simplemente contactando por internet. El precio varía según el estado de la bici, desde 30 a 80 o más euros, sabiendo que una de 30€ probablemente no tenga bien los frenos o tenga algún otro problemilla… Pero puedes encontrar de todo a un precio muy razonable. Las tiendas que más oferta tienen de bicis de segunda mano son Spit y Ecoshop. También existe la posibilidad de alquilar una bicicleta por días o por meses. Para ello puedes informarte aquí http://www.kuleuven.be/velo/_eng/index.htm
Algo muy curioso, y que da cuenta de la gran cantidad de bicicletas que hay y del poco valor que se les da por eso mismo, es que cuando el canal (el típico canal de las ciudades flamencas, y que Leuven también tiene, claro) va muy bajo de agua o lo drenan para limpiarlo aparecen ¡decenas y decenas de bicicletas arrojadas al canal! La mayoría están rotas, estropeadas, casi destrozadas, pero muchas de ellas las recoge la policía y tras hacerles algunos arreglos las ponen a la venta un día de agosto, cada año, en un rastro que se organiza a tal efecto.
Además también se retiran las bicicletas que se abandonan por la calle. ¿Cómo saber si está o no abandonada? La policía etiqueta las bicicletas con una fecha. Si la siguiente vez que pasa a revisar ese lugar la bicicleta sigue con la etiqueta la policía la retira y esta bicicleta vuelve a estar a disposición de alquilarse o venderse… de nuevo en la rueda!