Como ya os comenté a través de Facebook y Twitter, el pasado 28 de febrero el MAS se convirtió en un gran escenario de jazz. Se trataba de la octava edición del festival Jazz in’t MAS, cuya idea principal es desarrollar y apoyar el talento, ofreciendo a estos músicos la oportunidad de tocar en un entorno único, el Museo aan de Stroom.
Tanto jóvenes talentos como músicos experimentados de jazz llenaron el edificio con su música y su energía, creando un ambiente totalmente diferente. Nada más entrar al museo se notaba, y a medida que ascendías por las escaleras, descubrías en cada planta algo distinto, un escenario con un grupo tocando, una exposición de arte, una zona de bar…
Desde las 6 hasta las 10 de la noche, el MAS se transformó en un escenario para 12 grupos diferentes, desde cuartetos hasta una orquesta. Todos ellos ofrecieron una amplia variedad de música, jazz, blues, música experimental con poesía, incluso canciones de bandas sonoras muy conocidas.
Para la ocasión, crearon un folleto en el que, además de definir el programa con el horario y ubicación de cada actuación, describían y daban información sobre cada grupo y entrevistaban al coordinador de jazz del conservatorio.
Además, durante todo el festival se podía visitar la exposición Feest, la cual está en el museo de forma temporal. Se trata de una exposición muy interesante sobre celebraciones de diferentes culturas, el Día de los Muertos de México, el festival oriental de Ganesha, el Orgullo en Amberes… Los colores y la música envuelven estas fiestas por lo que se ha creado especialmente una canción para la exhibición, la cual puedes escuchar en directo en una sala. Los instrumentos suenan, pero no hay personas tocándolos, se trata de una gran máquina que es capaz de tocar saxofones, acordeones, tubas… ¡incluso una batería!
Sin duda fue una noche llena de música y arte, en un lugar inmejorable.
Soy una de las 7.500 millones de personas que vive en el mundo. Una a la que le encantaría descubrir todo lo que hay en él, ya que me apasiona viajar y conocer todo aquello que me rodea. Además, viajar me permite disfrutar otras de mis pasiones, la gastronomía y la arquitectura.
Mi aventura en esta ciudad no empieza aquí, comenzó el 17 de septiembre, y, desde entonces ha sido un no parar de descubrir, de ver, de viajar, de aprender, de fotografiar, de sentir, de vivir…
Después de casi 5 meses viviendo en Amberes, espero que mi experiencia pueda serviros de ayuda tanto a los que vais a venir, como a los que ya lleváis aquí un tiempo como yo, dado que, a pesar de haber conocido gran parte de esta maravillosa ciudad, siempre hay cosas nuevas que descubrir, pero también, otras ya conocidas que redescubrir.