Yo era de esas personas (poco comunes) a las que ni le gustaba la cerveza ni tampoco la ginebra. Pero Bélgica me ha cambiado por completo, ¡ahora me encantan!
Y no es para menos, sólo había probado la típica ginebra transparente de sabor intragable, que ni siquiera con tónica podía beber, pero faltaba algo, faltaba convertirla en jenever dándole un poco de sabor, pues tanto Holanda como Bélgica son los países de la jenever, aunque no todo el mundo lo sabe. Y para ello ¿qué mejor que probar las que prepara el señor Pol?
Dueño de la taberna ‘t Dreupelkot, en la plaza Groentenmarkt 12, con más de 25 años de experiencia, él mismo prepara de forma casera todas las ginebras que tiene, que son más de 200 tipos. De sabores encontramos para todos los gustos, desde kiwi, vainilla o fruta de la pasión, hasta castaña, cactus o tiramisú. También hay graduaciones para todo tipo de riñones, desde 17º hasta 53º.
Normalmente la gente se la toma en vasos de chupito, los pequeños cuestan 2€ y los más grandes 3€. En la siguiente foto podéis ver cómo son los vasos de chupito grande:
Incluso, si queréis podéis comprarle una botella de 1L de entre 30 de los sabores que tiene, por tan solo 19’80€. ¿Cómo? A través de su página web.
Así que, si venís por Gante, además de tener que probar las mil y una cervezas que tienen, no os olvidéis de estas magníficas jenever en el mejor lugar de la ciudad donde las podéis probar. Eso sí, a todo el mundo le gusta ir al mejor sitio, así que posiblemente lo encontréis un poquitín lleno, ¡pero siempre hay espacio para uno más!
Soy Cristina López, estudiante de último año de psicología en Barcelona y ahora corresponsal de Gante, mi ciudad destino de Erasmus. ¿Mis primeras impresiones de Gante?
Han habido muchísimas cosas aquí que me han llamado la atención, como que en ocasiones un agua te salga más cara que una cerveza, que en las terrazas de algunos restaurantes te pongan mantas por si hace frío, que en todos los lavabos haya papel (incluso en los lavabos portátiles que ponen en los festivales), que a veces tengas que pagar para ir, que duerman con almohadas cuadradas, que sólo se den un beso en la mejilla al saludarse, o su predilección por el picante, ya sea poniéndose pimienta en la sopa o tabasco en los spaghetti.
Gante es una ciudad que combina tradición y progreso. Hoy en día es considerada una ciudad de estudiantes, hay alrededor de 45000, así que eso significa que, además de su belleza y su aire medieval con multitud de construcciones y calles que visitar y recorrer, es una ciudad joven y activa, constantemente en movimiento. Siempre encuentras algo que hacer, algún evento, festival o exposición que te pueda ser de interés.
A lo largo de mi actividad en este blog os iré mostrando todo lo interesante y curioso que viva durante mi estancia Erasmus, de momento espero que esta pequeña introducción os haya picado la curiosidad para seguir visitándonos y, quién sabe, ¡quizás veniros! Así que por si eso sucede, mi primer consejo es que os alquiléis una bicicleta, no es una ciudad muy grande y se puede recorrer a pie fácilmente, ¡pero no hay nada mejor que sentirse un auténtico belga! Y mi primera advertencia si vais en bici es que tengáis mucho cuidado con las vías del tranvía, ¡y más si llueve!