Probablemente no sea el mejor bar al que llevar a tus padres, pero es sin embargo un lugar único al que por lo menos se ha de ir una vez si pasas por Gante, una visita obligada a la que hay que ir en grupos pequeños (máximo 4 personas si no hay nadie más dentro), ¡pues sino no se cabe!
Het Velootje es el peculiar bar de Lieven de Vos, un hombre un tanto excéntrico. Según cuenta, solía dedicarse a reparar y vender bicis, pero llegó un punto en que de tantas bicis que tenía no le quedaba espacio para trabajar, así que se le ocurrió colgarlas del techo. Con el techo lleno de bicicletas, a sus amigos les gustó y le dijeron “Oh, deberías montar un bar“. Y así fue, desde hace más de 25 años existe este bar “de las bicicletas” llamado ‘t Velootje, en una casa que existe desde la época en que nació Carlos V, y situado en pleno barrio del Patershol, el barrio más antiguo de la ciudad; concretamente en la calle Kalversteeg 2.
No es muy fácil de encontrar si vas con la atención puesta en encontrar un bar con carta y menú en la puerta, pero sin embargo no es difícil, pues de repente encuentras un montón de basura y bicis, y si te fijas hay una señal que dice “entrar por la otra puerta” o algo así. Ahí es.
No tiene una gran variedad de cervezas, de hecho cuando yo fui sólo tenía Delirium Nocturnum y Gruut Amber (la cerveza de Gante). Así pues, pequeña pero exquisita selección. De todas formas, he escuchado que si no especificas te pone la que él quiere. Servidas en vaso de plástico, cada una valía 4€, pero merece la pena por ver el lugar y por tener una larga y tendida conversación con Lieven, quien siempre está dispuesto a hacer nuevos amigos.
Siempre acompañado de su gato negro que, en estas fechas no se despega de la chimenea en la cual siempre hay un fuego bien avivado, es un bar muy acogedor y de ambiente muy familiar, pues como ya he dicho, yo calculo que máximo sólo caben unas 5 ó 6 personas (y bien apretadas), además de Lieven, su gato y un montón de bicis, lámparas, velas, montañas de ropa y otros cachibaches y chatarras. Dentro se puede fumar, pues posee más el carácter de una casa que de un bar.
Lieven no dudará en pediros que firméis en su libro de visitas usando su moderno ordenador (irónicamente hablando), pues ahí colecciona firmas de gente de todo el mundo que ha ido a conocer su bar. Sino, siempre podéis firmar desde casa.
En resumen, a mí me gustó mucho, nunca había estado en un lugar parecido y me pareció una experiencia magnífica. Si os pica más la curiosidad, podéis visitar su página web.
Eso sí, no me preguntéis por el horario en que podéis encontrarlo abierto. En algunos sitios pone que a partir de las 18h, en otros a partir de las 21h. Yo un día fui en el supuesto horario de apertura y me lo encontré cerrado, y otra vez lo encontré abierto de casualidad, así que es un poco cuestión de probar, pues es un poco como a Lieven se le antoja. Peso a pesar de todo, ¡larga vida a Lieven!
Soy Cristina López, estudiante de último año de psicología en Barcelona y ahora corresponsal de Gante, mi ciudad destino de Erasmus. ¿Mis primeras impresiones de Gante?
Han habido muchísimas cosas aquí que me han llamado la atención, como que en ocasiones un agua te salga más cara que una cerveza, que en las terrazas de algunos restaurantes te pongan mantas por si hace frío, que en todos los lavabos haya papel (incluso en los lavabos portátiles que ponen en los festivales), que a veces tengas que pagar para ir, que duerman con almohadas cuadradas, que sólo se den un beso en la mejilla al saludarse, o su predilección por el picante, ya sea poniéndose pimienta en la sopa o tabasco en los spaghetti.
Gante es una ciudad que combina tradición y progreso. Hoy en día es considerada una ciudad de estudiantes, hay alrededor de 45000, así que eso significa que, además de su belleza y su aire medieval con multitud de construcciones y calles que visitar y recorrer, es una ciudad joven y activa, constantemente en movimiento. Siempre encuentras algo que hacer, algún evento, festival o exposición que te pueda ser de interés.
A lo largo de mi actividad en este blog os iré mostrando todo lo interesante y curioso que viva durante mi estancia Erasmus, de momento espero que esta pequeña introducción os haya picado la curiosidad para seguir visitándonos y, quién sabe, ¡quizás veniros! Así que por si eso sucede, mi primer consejo es que os alquiléis una bicicleta, no es una ciudad muy grande y se puede recorrer a pie fácilmente, ¡pero no hay nada mejor que sentirse un auténtico belga! Y mi primera advertencia si vais en bici es que tengáis mucho cuidado con las vías del tranvía, ¡y más si llueve!