¿Te has sentido observado cuando caminas por las calles de Gante o simplemente no sientes estar solo? Pues solo tienes que mirar un poco hacia arriba para descubrir por que.
Y la verdad es que las calles de Gante se hallan vigiladas por cientos de hornacinas con imágenes en su interior.
La población de Gante es en su totalidad católica y estas en su mayoría están dedicadas a la Virgen María y también a Santos a los que se pedía protección.
Se pueden hallar por lo menos uno de estos pequeños altares por cada calle, en el centro de la ciudad y calles aledañas puesto que a medida que te vas alejando muchas de las casas donde se ubicaban han sido demolidas. Pero he tenido la suerte de observar que muchos de ellos siguen siendo utilizados y la gente sigue limpiándolos y depositando flores en ellos.
Los hay de todos los estilos, góticos, barrocos, neoclásicos… Sin duda es toda un experiencia pasear por la ciudad e ir descubriendo estos pequeños oratorios y disfrutar su riqueza estilística.
Mi nombre es Francisco Gómez y a partir de ahora voy a ser yo el que se encargue de plasmar nuestra vida en Gante. En mi primer post me gustaría darle las gracias a Cristina López por el trabajo que ha realizado en estos últimos cinco meses y decirte que me has dejado el listón muy alto. 😉
Soy de Zamora y este año me encuentro aquí estudiando mi tercer curso de Arquitectura de Interiores en la universidad de Sint Lucas Architectuur, por lo que no os resulte extraño si pongo demasiado énfasis sobre esto en algunas de mis entradas.
La verdad que el participar en este proyecto de la oficina de turismo de Flandes me ha hecho tener los ojos mucho más abiertos a cada paso que doy por esta mágica ciudad buscando todo aquello peculiar y sorprendente que guarda en sus calles.