Muchos hemos oído hablar ya del Manneken Pis. Es uno de los reclamos turísticos de la ciudad solo tratándose de una pequeña figurilla situada en el centro de la misma.
Para los que no lo tengan claro, es una escultura de un crío de poca edad que está haciendo pis con gran naturalidad. Escultura-Fuente para aclararlo del todo.
Pues bien para intentar explicar el éxito de esta figura creo que debemos buscar más allá de su espectacularidad en directo; que no es mucha. Y es que hay muchas historias en torno al personaje del niño meón, tantas, que cuesta pensar que si quiera una sea cierta, pero son desde luego parte de su esencia.
Cuenta una de estas leyendas que hace mucho tiempo Bruselas fue sitiada, ofreciendo la ciudad una fuerte resistencia a sus sitiadores. Al no poder tomarla definitivamente, estos prenden una mecha que sería el comienzo de un incendio que destruiría la ciudad. Fue este joven chico que al no encontrar agua cerca se le ocurrió la idea de apagar la mecha con su orina salvando la ciudad.
Otra de las leyendas cuenta cómo en los alrededores de la Gran Place, un día de fiesta y multitud se encontraba una familia de burgueses. El pequeño de la familia se perdió entre la muchedumbre. Pasaron un par de días hasta que encontraron a su hijo, en la posición en la que hoy se puede ver la estatua. Tanta alegría les causo encontrarle que ordenaron poner una estatua en la postura y el lugar dónde habían encontrado al crío.
En otra de ellas se cuenta como al hijo de Godofredo de Lorena le cuelgan de una rama de un árbol durante la batalla de Ransbeek. En plena batalla, el niño se levantó de la cuna y comenzó a orinar contra el árbol. Hay incluso historias que cuentan que fue por aquella vista que dejó sorprendido al enemigo que terminaron por ganar la batalla.
Según otra historia, este chico tuvo un descuido y comenzó a miccionar en la puerta de una señora muy mala o una bruja (depende donde busquemos la historia) que al verle le lanzó un maleficio, convirtiéndole en estatua; condenándole a continuar haciendo eso por los siglos venideros.
Aquí van unas cuantas, las más características e interesantes para comprender un poco mejor porque se valora tanto esta figura.