Si el mundo tiene que envidiar algo de Bélgica estoy seguro de que una de las cosas que pueden entrar en disputa por este extraño galardón será la cerveza.
Quizás sea una de las cosas que más contrasta con lo que tenemos en España, la cerveza en este país es pura tradición, cultura. Puede venirnos a la cabeza quizás la comparación de esta bebida con lo que representa el vino en España.
En Bélgica podemos encontrar una variedad de cervezas verdaderamente sorprendente y es que prácticamente cada pueblo de una cierta magnitud tiene una fábrica en la que fermenta su propia cerveza. Es por ello que es muy común encontrarnos cervezas con nombres de regiones. Por supuesto la producción es muy variable, pudiendo encontrar cervezas que lleguen a exportarse fuera de las fronteras del país u otras que apenas salgan del mismo pueblo.
Además no es de extrañar que algunos bares también tengan su propia cerveza que solo puedes encontrar en el mismo. Hace unos días un amigo me contó que a su vez un amigo suyo estaba empezando a crear su propia cerveza, que todavía estaba perfeccionando la receta pero que su idea era seguir adelante y acabar montando una buena fábrica.
Parece que este revuelo que hay en este país respecto a la cerveza comenzó hace mucho tiempo ya con los monjes que, para ocupar todo ese tiempo del cual disfrutaban en sus abadías, decidieron ponerse a investigar en sus recetas para hacer cerveza y quesos. Por lo visto lo de las galletitas lo dejaron “para luego”.
Dando lugar hoy en día a una enorme colección de ellas muy, muy diferentes unas de otras siendo la mayor parte de ellas cervezas bastante especiadas y con un sabor muy característico.
Amantes de la cerveza o no, este país ofrece suficiente variedad y calidad como para tenerlas muy en cuenta.
Aquí va un vídeo con un puñado de tipos de ellas.