Principios de mayo es para Bruselas una época de conciertos que se van sucediendo durante un par de semanas en un entorno envidiable, el Jardín Botánico; son las llamadas Nuits Botanique.
Pues claro que sí porque para qué vas a tener un Jardín botánico que tenga una vida contemplativa a los pies del mismo centro de la ciudad, pudiendo convertirlo en foco de la actividad nocturna de la ciudad por unos días al mes.
Eso es quizás lo que les pasó por la cabeza a los organizadores de este evento que ya es un clásico en la vida cultural de la ciudad y es que este año era ya la vigésima edición de estas noches tan singulares.
Tuve la oportunidad de acercarme a ver un concierto, y la verdad es que merece la pena pasarse aunque sea a echar un ojo y si coincide algún grupo que te apetezca ver, mejor que mejor.
Cuando llegué, no tenía muy claro en qué consistía este festival. Llegué con mi entrada y la idea en la cabeza de que yo iba al jardín botánico a escuchar el concierto. Al final no fue tan sencillo ya que al llegar, descubrí que había cinco salas diferentes acondicionadas para conciertos y por tanto cinco conciertos simultáneos.
Vale, difícil de encontrar no fue, por supuesto; pero por un momento fue bastante sorprendente. Gran festival, gran iniciativa y sobre todo genial entorno para pasar una velada musical.